Se identificaba mucho con Azpeitia, aun siendo del barrio rural de Nuarbe.
Colaboraba con ETA mediante acciones de propaganda e intendencia como repartir octavillas y documentación, buscar alojamiento a un liberado, etc.
Previamente se había detenido a José Antonio Garmendia el 28 de agosto.
Se le imputó la participación directa en el atentado junto a José Antonio Garmendia Artola y Francisco Javier Aya Zulaica, contando con la colaboración en la huida de Félix Eguía Inchaurraga.
En San Sebastián se celebraron los funerales en la Catedral del Buen Pastor, donde también las fuerzas policiales impidieron la participación popular en los mismos.
Juan María Bandrés participa en la defensa de Otaegi junto a Pedro Ruiz.
Los médicos militares Gregorio Cabarzana y Manuel Sánchez Dueñas, jefe del servicio de psiquiatría del hospital militar de Burgos y comandante médico de la Capitanía General, respectivamente, que realizaron pruebas periciales, afirmaron que a Garmendia no se le podía considerar como totalmente demente.
El fiscal afirma que esos hechos le hacen coautor del asesinato al ser los mismos imprescindibles para su cometido.
La sentencia afirma que Ángel Otaegi tenía la función de preparar minuciosamente el atentado, por ello busca a alojamiento a los ejecutores directos del mismo, Garméndia y otro que no está en este juicio.
Comunica a los ejecutores materiales quien es la persona contra la que deben atentar, cual es su vehículo y cuales son sus costumbres, todos los datos precisos para que pudieran llevar a cabo con éxito el atentado.
El Consejo aprecia en ambos encausados los agravantes de alevosía, premeditación y ejecución del hecho por dos o más personas.
El fallo es elevado al Consejo Supremo de Justicia Militar para su conocimiento y aprobación.
En el País Vasco se convocaron huelgas y manifestaciones a partir del día 28 de agosto.
El Consejo de Ministros que debe ratificar las condenas a muerte se reúne los días 11 y 12.
En Guipúzcoa la huelga es prácticamente total, en Vizcaya muy extendida, en Navarra hay varios paros mientras que en Álava la repercusión es menor.
La funeraria se retrasa en las gestiones hasta que a las cuatro de la tarde pudieron salir hacia Nuarbe.
La familia siguió al furgón fúnebre, pero tres coches policiales se metieron entre este y los de la comitiva, separando la misma.
El coche fúnebre siguió camino, pero dio un gran rodeo por Navarra llegando mucho más tarde que los familiares al cementerio.
En el País Vasco se decretaba una Huelga General en pleno Estado de Excepción y que era seguida, mayoritariamente, por las diferentes ciudades españolas.
Se realizan manifestaciones en todas las poblaciones importantes, que son reprimidas con violencia por la Policía Armada y la Guardia Civil llegándose a utilizar fuego real.
Se realizan funerales en casi todas las poblaciones vascas, en San Sebastián se convoca un funeral para el día 30 a las 19:00 en la catedral del Buen Pastor cooficiado por el Obispo Monseñor José María Setién y otros 30 sacerdotes, pero no se puede celebrar, por estar tomada la plaza y el templo, por la policía.
Aun así, se concentra una gran cantidad de personas y los disturbios duran hasta bien entrada la noche.
En un hotel madrileño Yves Montand y Costa Gavras presentan un manifiesto contra las condenas apoyado por varias figuras culturales relevantes entre los que se encontraban Jean Paul Sartre, Louis Aragon y André Malraux.
Algunos gobiernos, como el de Noruega, Reino Unido y Holanda, llaman a su embajador en Madrid.
En Copenhague, la Alianza Atlántica, aprueba una moción de protesta contra las condenas y exhorta a los países miembros que no hagan nada que pueda favorecer el ingreso de España en ese organismo.
En realidad, la base de la conformación del área nacionalista en una nueva etapa que se veía próxima.
La UGT se centra en la reivindicación de la libertad sindical y ELA, en su consolidación interna, no participa en las grandes huelgas de los años 1974 y 1975 que detienen a las más importantes empresas del País Vasco.
Las diversas organizaciones políticas y sindicales realizan llamamientos a huelgas generales en diciembre de 1974 que son seguidas por los trabajadores.
En mayo de 1975 se presenta el sindicato LAB, (impulsado casi en solitario por ETA pm) y poco después, en junio, se producen las elecciones sindicales con discrepancia en los planteamientos de las fuerzas sindicales (entre el boicot y la participación).
La existencia de trabajadores procedentes del propio país, que mantenían un nivel de vida muy similar al del emigrado (una vez asentado éste), la identificación de algunos emigrantes con la cultura vasca, aún sin perder sus propias raíces, y la integración social y cultural que sus hijos hacen, lleva a la hipótesis contraria.