El segundo de tres hermanos, desde pequeño se caracterizó por sus inquietudes varias y creatividad hiperquinética.
En 1987, la continuidad de Cinema parecía acabarse, por lo que Scaramelli, con cierto conocimiento en teoría y arreglo musical, no tuvo dudas en seguir como solista.
Ese mismo año viajó a Buenos Aires para grabar «Mi tiempo interior», disco que trataba temas de su incómoda relación con la fama.
Mayor suerte tuvo el siguiente álbum Álvaro Scaramelli (1993), gracias a la canción «Derriba los muros».
No estaba cómodo cantando los temas nuevos y en los últimos años sentía la presión de la nostalgia.
Podría haber sido un golpe anímico importante, pero para entonces el cantante tenía su energía puesta en otra parte.
Scaramelli triunfó en muchos países de Latinoamérica siendo mánager del grupo Axé Bahía, pero como músico y cantante tuvo poca acogida.
Decorado de acuerdo al Feng Shui, con un estilo muy purista, “Innerlife” alberga distintas terapias energéticas y masajes, donde se incluyen sofisticados sistemas para acompañar el reiki y para visualizar el aura, con completos informes del estado integral de las personas.
Partió en este tema hace casi 20 años, por el interés en su desarrollo personal y espiritual.
Todo esto lo hacía en paralelo a la música, por lo tanto la parte musical es lo conocido, y lo místico es lo desconocido.