¡Viva el Duque, nuestro dueño!

¡Viva el Duque, nuestro dueño!

Esta actuación les aliviará, siquiera momentáneamente, de la profunda miseria en la que viven.

En el último momento, sin embargo, el Duque les notifica a través de un mensajero que para las fiestas de ese año ha decidido que se organice una corrida de toros y que quizá el próximo año cuente con los servicios de la compañía teatral.

Hay cosas que nunca cambian que siempre serán igual.

Con leche cada mañana y con cacao naturaaaal