La disgenesia se refiere a cualquier disminución en la prevalencia de rasgos considerados socialmente deseables o generalmente adaptativos a su entorno debido a una presión selectiva que desfavorece su reproducción. [1]
En 1915, David Starr Jordan utilizó el término para describir los supuestos efectos nocivos de la guerra moderna sobre la aptitud genética a nivel de grupo debido a su tendencia a matar a hombres físicamente sanos mientras se preservaba a los discapacitados en casa. [2] [3] Los primeros eugenistas y darwinistas sociales habían planteado preocupaciones similares durante el siglo XIX, y siguieron desempeñando un papel en los debates científicos y de políticas públicas a lo largo del siglo XX. [4]
Preocupaciones más recientes sobre supuestos efectos disgénicos en poblaciones humanas han sido planteadas por el polémico psicólogo Richard Lynn , en particular en su libro de 1996 Dysgenics: Genetic Deterioration in Modern Populations , que argumentaba que los cambios en las presiones de selección y la disminución de la mortalidad infantil desde la Revolución Industrial han resultado en una mayor propagación de rasgos deletéreos y trastornos genéticos . [5] [6]
A pesar de estas preocupaciones, los estudios genéticos no han mostrado evidencia de efectos disgénicos en las poblaciones humanas. [5] [7] [8] [9] Al revisar el libro de Lynn, el académico John R. Wilmoth señala: "En general, el aspecto más desconcertante de la posición alarmista de Lynn es que el deterioro de la inteligencia promedio predicho por los eugenistas no ha ocurrido". [10]
Desde el siglo XIX se ha predicho repetidamente un "deterioro racial" como resultado de la multiplicación excesiva de personas menos dotadas. Sin embargo, el nivel educativo y de cualificación de la población de los países industrializados ha aumentado considerablemente. El hecho de que la "inteligencia de los tests" también haya aumentado significativamente es difícil de explicar para los partidarios de la tesis disgenésica: sospechan que la "inteligencia fenotípica" ha aumentado por razones ambientales, mientras que la "calidad genotípica" disminuye secretamente. No hay pruebas ni pruebas de esta teoría.Se omiten las citas en el original.
No hay evidencia convincente de que exista alguna tendencia disgénica... Resulta, contrariamente a la intuición, que las tasas de natalidad diferenciales (para grupos con puntuaciones altas y bajas en un rasgo) no necesariamente producen cambios en la media de la población.