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Circo social

El circo social se refiere al creciente movimiento que promueve el uso de las artes circenses como medios para la justicia social y el bien social. Utiliza herramientas pedagógicas alternativas para trabajar con jóvenes marginados o en riesgo social o personal.

Objetivo

A través de un enfoque dinámico de educación basada en el arte, el “Circo Social” busca ampliar las oportunidades y enseñar habilidades valiosas a los jóvenes marginados . El Circo Social “reconoce y valora el papel del arte y la cultura como agentes poderosos en la educación de jóvenes en riesgo, produciendo conocimiento y promoviendo el intercambio de ideas y experiencias, impactando a la sociedad (brasileña) y a las organizaciones públicas responsables de la educación de los jóvenes”. [1]

Con un entrenamiento riguroso, diálogo y expresión interpersonal y la adquisición de metas mediante la dedicación, el circo social tiene la capacidad de cambiar la vida de jóvenes en riesgo. Autonomía, solidaridad, autoestima, aptitud física, comunicación y adaptabilidad son algunas de las habilidades aprendidas y practicadas.

Si bien la carrera circense es un futuro posible para los jóvenes que participan en el circo social, no es su finalidad, sino que el objetivo es aumentar la autoconciencia, la individualidad y la unidad colectiva, la autodisciplina y muchos otros valores a través de una alternativa pedagógica para transformar la visión y las capacidades de los jóvenes en riesgo.

Metodología

El circo social debe gran parte de su uso y éxito a sus raíces en la educación artística . La expresión artística a menudo permite el reconocimiento de emociones y su articulación porque el arte es un lenguaje diferente en sí mismo. El arte crea una base para una mayor comprensión de nuevas experiencias, que a menudo no se logra mediante una simple traducción de conceptos verbales que no están vinculados a las emociones del individuo. Con una base en las artes circenses, el circo social tiene la capacidad de provocar una transformación personal en el intérprete y el espectador. [2]

Otra característica del circo social es su universalidad y accesibilidad. Cada persona, de acuerdo con sus capacidades, puede desarrollar su propio potencial a través de la amplia gama de actividades que ofrece el circo: se puede participar en malabarismo, trapecio, acrobacia, contorsionismo , clown, magia, equilibrismo, etc. Así, quien no tiene la flexibilidad necesaria para ser contorsionista puede encontrar refugio en los equilibrismos; quien no tiene la capacidad para hacer trapecio puede actuar y ser payaso; alguien que no esté interesado en las actividades físicas tiene la oportunidad de trabajar con la escenografía, la iluminación o el vestuario. Además, el circo social carece de barreras de entrada: no es necesario saber leer y escribir para participar. A menudo, los jóvenes ya han desarrollado habilidades en danza, canto y percusión, actividades que, generalmente no valoradas, adquieren importancia en el circo social. Estas características inclusivas contribuyen al éxito del circo social al atraer a jóvenes de todos los orígenes, asegurando la participación y el acceso. [2]

Las exigencias y necesidades de las artes circenses dan lugar a la transformación personal. La autodisciplina es un requisito absoluto con las prácticas constantes, las dificultades diarias y los riesgos físicos que caracterizan al circo social. Los jóvenes aprenden a superar estos desafíos, con sus propios esfuerzos, y al hacerlo descubren que son seres capaces y valiosos. El circo social permite a los jóvenes en riesgo desarrollar su propio potencial a través de los desafíos que trae el circo, haciéndolos sentir realizados. Al descubrir que son seres capaces e inteligentes, comienzan a deconstruir paradigmas que originalmente creían verdaderos. Por ejemplo, los jóvenes brasileños reevaluan las creencias comunes de que todos los que viven en la favela son estúpidos, que todos los niños de la calle no tienen un propósito ni un futuro, etc. Estas creencias terminan convirtiéndose en una barrera para el autodesarrollo de los jóvenes, y las actividades circenses les permiten romper esos paradigmas. [2]

La estructura y las características del circo permiten a los jóvenes debatir y pensar libremente, a menudo con el pretexto de tecnicismos circenses. Se discuten las relaciones sociales y temas generalmente tabú pero relevantes, como la sexualidad, el género, la inclusión, los prejuicios y la discriminación. Este debate y esta discusión amplían la perspectiva de los jóvenes y aumentan su confianza, tolerancia y conocimiento. [2]

El círculo

La Roda , o Círculo, es una parte integral del circo social. Se refiere a la hora programada en la que los estudiantes y los líderes del circo social se reúnen para debatir sobre el estado, los éxitos y los problemas del circo. El ritual y la forma física del Círculo encarnan un momento de complicidad en el que todos están en armonía, pensando subjetivamente juntos, aunque de manera diferente, sobre soluciones, caminos y opciones para las preguntas y los desafíos diarios. [2]

Esta reflexión juvenil representa el derecho de todos a hablar, a discrepar, a expresar opiniones y a hacer aportes. El diálogo del Círculo es esencial para el método pedagógico del Circo Social, ya que contribuye a la composición de una educación liberal, crítica y democrática.

Al participar en el Círculo, los jóvenes participantes desarrollan una conciencia que nace de escuchar las opiniones y pensamientos de los demás y de articular los suyos propios. La reflexión, el diálogo y la comunicación son elementos que permiten a los jóvenes tomar en cuenta su lugar en el mundo, sus decisiones, sus errores y sus preguntas. Este análisis personal tiene implicaciones directas en el desarrollo de la realidad de los jóvenes e incluso en su percepción de la misma. Aprenden a convivir de manera pacífica, constructiva y respetuosa y, al hacerlo, implementan este comportamiento en su vida diaria. [2]

El Círculo ofrece a los jóvenes la oportunidad de expresar sus pensamientos e ideas, de escuchar las opiniones de otros y, en ocasiones, de ver sus opiniones incorporadas al circo social. Este proceso valoriza al joven, que a su vez percibe la importancia de su propio conocimiento. De este modo, se produce una transformación: al verse a sí mismo como incapaz e inadecuado, el joven, a través del Círculo, se convierte en un ser seguro y consciente, con una mayor autoestima y conciencia de sí mismo.

Notas

  1. ^ Circo Educando Com Arte [ se necesita aclaración ]
  2. ^ abcdef http://www.cpdoc.fgv.br/cursos/bensculturais/teses/CPDOC2007CarolinaMachadodesennafigueiredo.pdf [ enlace muerto permanente ]

Referencias