La protesta gay en la Plaza de Armas de Santiago , ocurrida el 22 de abril de 1973, [1] fue la primera manifestación LGBT en Chile , así como una de las primeras en América Latina . [2] Los manifestantes estaban haciendo campaña contra la brutalidad policial , en particular contra las palizas que recibían.
La manifestación había sido organizada por un grupo de homosexuales, principalmente travestis y personas que ejercían la prostitución en los sectores aledaños a la Plaza de Armas de Santiago —así como en las calles Huérfanos y Alameda— . Gran parte de ellos eran de estratos bajos o populares y denunciaban constantes hostigamientos por parte de carabineros, allanamientos y detenciones por “delitos contra la moral y las buenas costumbres”, que incluían golpizas y cortes totales de cabello. [3] [4] La concentración se produjo aproximadamente entre las 19 y las 20 horas del domingo 22 de abril de 1973 en el sector oriente de la Plaza de Armas, frente a calle Phillips. [5]
Algunos de los asistentes eran conocidos por sus seudónimos, entre ellos “La Gitana” (señalada por diversas fuentes como una de las organizadoras y principales oradoras de la protesta), “La Viviana”, “La Rossana”, “La Raquel” (seudónimo de Luis Troncoso Lobos), [3] “La Escalera al Cielo”, “Katty Fontey”, “La Larguero”, “La Eva”, “La Romané”, “La José Caballo”, “La Confort”, “La Natacha” y “La Vanesa”. También hubo participantes que tenían seudónimos similares a los de algunas personalidades chilenas, como “La Fresia Soto” y “La Peggy Cordero”. [4] Parte del grupo tenía una vestimenta característica, compuesta por suéteres de rayas y pantalones acampanados . [1]
Los manifestantes realizaron bailes y gritaron consignas en la zona del templete y la estatua ecuestre de Pedro de Valdivia; en dicha escultura algunas personas treparon hasta su base para realizar la protesta. [6] Según la prensa de la época, entre las peticiones -además de poner fin al abuso policial y al rechazo de la sociedad- estaba legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo , aunque esto es negado por "La Raquel", una de las presentes en la protesta. [3] Inicialmente, Carabineros no intervino para disolver la manifestación, sin embargo, cerca de las 20:00 horas el grupo ya se había dispersado debido a la presencia policial, que incluía una camioneta que se encontraba estacionada en la calle Estado. [1]
El número de asistentes varía según las fuentes: el diario Clarín y la revista Paloma hablaron de unas 50 personas, [6] [4] Puro Chile menciona entre 30 y 50, [7] mientras que la revista Vea habla de “alrededor de un centenar que llegaron puntualmente a la reunión, aunque sólo una veintena se enfrentaron a los periodistas y las cámaras”. Esta última publicación también dio cuenta de la presencia de homosexuales que no se manifestaban pero sí acudieron al evento de forma encubierta por miedo a ser fotografiados o a que se revelara su identidad. [1]
Algunos medios de comunicación de la época —como los diarios Clarín y Puro Chile y las revistas Vea y Paloma— informaron sobre la manifestación a través de sus crónicas, algunas de ellas utilizando palabras de alto calibre para referirse de manera despectiva a los participantes. [7]
El diario Clarín tituló en su portada " Colipatos piden chicha y chancho", en alusión a las demandas por mayor libertad, mientras que en su contraportada tituló la nota sobre la protesta con el texto "Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas". [5] [6] El diario Puro Chile tituló en su artículo "Los ' colas ' de Barrio Alto realizarán concentración en "Lo Castillo"", en referencia a la protesta prevista para los días siguientes y que no se realizó. [7]
La revista femenina Paloma , de la Editorial Nacional Quimantú, informó que «hicieron ostentación de su anormalidad, provocando el rechazo y el asco del público», siendo «una copia criolla de otras cofradías de sodomitas ingleses». [8] Por otro lado, la revista Vea tituló en su portada «Rebelión homosexual. Los raros quieren casarse», mientras que la nota principal al interior de la edición se titulaba «La rebelión de los raros». [1]
Tanto los diarios Clarín y Puro Chile como la revista Paloma eran abiertamente de izquierda y adeptos al gobierno de Salvador Allende , lo que demuestra la homofobia transversal que existía en el país en esa época. [2] Asimismo, la revista Vea tuvo un tono marcadamente sensacionalista, lo que también se reflejó en la cobertura de otros aspectos de la sociedad LGBT, como la cirugía de reasignación de sexo de Marcia Torres . [9]
El gobernador de la provincia de Santiago, Julio Stuardo, dijo que utilizará “la fuerza pública y todos los recursos que me da [el] mandato constitucional” para impedir una nueva manifestación programada esta vez en el sector de la Plaza Lo Castillo (intersección de las avenidas Vitacura y Candelaria Goyenechea) en el Barrio Alto de la capital, que finalmente no se realizó. [4]
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