Algunos autores romanos describen a los lemures como el nombre común para todos los espíritus de la muerte, y los dividen en dos clases: los lares, o almas benevolentes de la familia, que protegen la domus o casa, y las larvae, o inquietas y horribles almas de hombres malvados.
Pero la más común idea era que los lemures y las larvae eran lo mismo.
Los lémures (primates de Madagascar) fueron llamados así por el naturalista Linneo por sus grandes ojos, hábitos nocturnos y los sonidos tremendos que hacen por la noche[1].
La forma en singular de larvae es larva tanto en latín como en español.
Dungeons & Dragons y otros mundos de fantasía han adoptado la forma regresiva lemure como singular, siguiendo las reglas de singularización del inglés y en consecuencia pronunciado probablemente como demure, immure, etc.