La regla de Guidotti-Greenspan es una directriz económica internacional que establece que las reservas de un país deben ser iguales a la deuda externa de corto plazo (con vencimiento a un año o menos), lo que implica una relación entre reservas y deuda de corto plazo de 1. [1] [2] [3] La lógica es que los países deberían tener suficientes reservas para resistir una retirada masiva de capital extranjero de corto plazo.
En la práctica, pocos mercados emergentes se adhirieron a esta regla. La tentación de acumular deuda a corto plazo era poderosa cuando hacerlo ofrecía ahorros inmediatos en los costos de endeudamiento. Además, algunos países dependen de los mercados extranjeros o de la deuda a corto plazo porque carecen de la reputación necesaria para endeudarse a largo plazo en el país. Acumular reservas exigía renunciar a oportunidades atractivas de consumo e inversión. Además, mantener reservas era costoso, ya que el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, el principal activo de reserva, era inferior al interés pagado por los fondos que los gobiernos tomaban prestados. [4]
La regla recibe su nombre de Pablo Guidotti (ex viceministro de Finanzas argentino) y Alan Greenspan (ex presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos). Guidotti formuló por primera vez la regla en un seminario del G-33 en 1999, mientras que Greenspan la difundió ampliamente en un discurso en el Banco Mundial . [5] En investigaciones posteriores, Guzmán Calafell y Padilla del Bosque descubrieron que la relación entre las reservas y la deuda externa es un predictor relevante de una crisis externa. [6]