En economía , la paradoja de Leontief es que un país con un mayor capital por trabajador tiene una relación capital/trabajo menor en las exportaciones que en las importaciones.
Este hallazgo econométrico fue el resultado del intento de Wassily W. Leontief de poner a prueba empíricamente la teoría de Heckscher-Ohlin ("teoría H-O"). En 1953, Leontief descubrió que Estados Unidos —el país con mayor abundancia de capital del mundo— exportaba productos que requerían más mano de obra que capital, contrariamente a la teoría H-O. [1] Leontief dedujo de este resultado que Estados Unidos debía adaptar su política competitiva para que coincidiera con sus realidades económicas.
Para muchos economistas, la paradoja de Leontief socavó la validez de la teoría del teorema de Heckscher-Ohlin (H-O), que predecía que los patrones comerciales se basarían en la ventaja comparativa de los países en ciertos factores de producción (como el capital y el trabajo). Muchos economistas han descartado la teoría H-O en favor de un modelo más ricardiano donde las diferencias tecnológicas determinan la ventaja comparativa. Estos economistas sostienen que Estados Unidos tiene una ventaja en mano de obra bien pagada más que en capital. Esto puede verse como una visión más amplia del "capital" que incluye el capital humano . Usando esta definición, las exportaciones de Estados Unidos son muy intensivas en capital (humano) y no particularmente intensivas en mano de obra (mal paga).
Algunas explicaciones de la paradoja descartan la importancia de la ventaja comparativa como determinante del comercio. Por ejemplo, la hipótesis de Linder afirma que la demanda desempeña un papel más importante que la ventaja comparativa como determinante del comercio, con la hipótesis de que los países que comparten demandas similares tendrán más probabilidades de comerciar. Por ejemplo, tanto Estados Unidos como Alemania son países desarrollados con una demanda significativa de automóviles, por lo que ambos tienen grandes industrias automotrices. En lugar de que un país domine la industria con una ventaja comparativa, ambos países comercian diferentes marcas de automóviles entre ellos. De manera similar, la nueva teoría del comercio sostiene que las ventajas comparativas pueden desarrollarse independientemente de la variación de la dotación de factores (por ejemplo, en los rendimientos crecientes a escala industriales).
La mayor crítica a los resultados de la prueba de Leontief es que la observación no tiene un trasfondo conceptual. Wassily Leontief (1953) intentó explicar su prueba verbalmente ampliando la idea de utilizar la unidad-trabajador equivalente. Daniel Trefler (1993) amplió creativamente la idea de Leontief a un modelo específico de factores para medir el patrón comercial mediante dotaciones efectivas. [7] Fisher y Marshall (2011) sugirieron las dotaciones virtuales de las diferencias tecnológicas generales para probar los patrones comerciales. [8] Guo (2024) ilustró que la introducción de diferencias tecnológicas con diferentes precios de los factores introducirá naturalmente el patrón comercial que exploró la prueba de Leontief. [9] El análisis y la predicción de los patrones comerciales a través de dotaciones efectivas y dotaciones virtuales cubrieron lógicamente tanto el patrón comercial de Heckscher-Ohlin como el patrón comercial de Leontief (paradoja). Ambos son consecuencias comerciales y ambos se benefician del comercio. Muestra que la ventaja comparativa funciona cuando los países tienen diferentes productividades.