El procesamiento de información social se refiere a una teoría de cómo los individuos , especialmente los niños, establecen (o no logran establecer) relaciones exitosas con la sociedad . [1] Los estudios muestran que las partes del cerebro que están activas durante toda la interacción social son la amígdala, la corteza frontal ventromedial y la corteza somatosensorial derecha, entre otras.
En una situación social, los niños relacionan las expresiones faciales de personas anónimas con recuerdos de experiencias pasadas. Esto les ayuda a percibir el estado de ánimo o la naturaleza aparente de la persona con la que tienen que interactuar. Además de los indicios faciales, factores como el lenguaje corporal también pueden desempeñar un papel importante a la hora de determinar cómo comportarse en una situación social. [2]
Cuando los niños se encuentran con una situación social, se llevan a cabo una serie de operaciones mentales antes de responder. Primero perciben las diversas características de la situación y comprenden las ideas relevantes. En segundo lugar, intentan atribuir la información a cada participante. En tercer lugar, generan respuestas y en cuarto lugar, seleccionan una respuesta para finalmente representar el comportamiento.
Hay dos formas generales de procesamiento de información: emoción y cognición. Esto puede explicarse porque las emociones se basan en la motivación y la cognición en el conocimiento. Esta noción puede explicar situaciones en la sociedad, ya que refleja cómo los individuos se influyen unos en otros. [3]
Hay varios comportamientos sociales que los niños procesan en secuencia, que incluyen descifrar y comprender los signos sociales, delinear metas, crear respuestas, decisiones de acción y comportamiento de acción. Este es el modelo de proceso para niños según el procesamiento de información social. [4]