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Incompetencia militar

La incompetencia militar se refiere a las incompetencias y fracasos de las organizaciones militares, ya sea por individuos incompetentes o por una cultura institucional defectuosa.

Los efectos de casos aislados de incompetencia personal pueden ser desproporcionadamente significativos en las organizaciones militares. Las jerarquías estrictas de mando brindan la oportunidad de que una sola decisión dirija el trabajo de miles de personas, mientras que una cultura institucional dedicada a seguir órdenes sin debate puede ayudar a garantizar que una decisión incorrecta o mal comunicada se implemente sin que se la cuestione o corrija.

Sin embargo, los casos más comunes de "incompetencia militar" pueden atribuirse a una cultura organizacional defectuosa . Tal vez la más marcada de ellas sea una actitud conservadora y tradicionalista, en la que las ideas innovadoras o las nuevas tecnologías se descartan o no se ponen a prueba. Es común la tendencia a creer que un problema se puede resolver aplicando una solución anterior (que fracasó) "mejor", ya sea con más hombres, más potencia de fuego o simplemente más celo. Un sistema jerárquico estricto a menudo desalienta la devolución de poder a los comandantes subalternos y puede alentar la microgestión por parte de los oficiales superiores.

La naturaleza de la guerra proporciona varios factores que exacerban estos efectos; la niebla de la guerra significa que la información sobre las fuerzas enemigas es a menudo limitada o inexacta, lo que hace que sea fácil para el proceso de inteligencia interpretar la información para que coincida con los supuestos existentes, o para adaptarla a sus propias preconcepciones y expectativas. Las comunicaciones tienden a deteriorarse en situaciones de campo de batalla, ya que el flujo de información entre los comandantes y las unidades de combate se interrumpe, lo que dificulta la reacción a los cambios en la situación a medida que se desarrollan.

Una vez cesadas las operaciones, las organizaciones militares suelen no aprender eficazmente de la experiencia. En la victoria, los métodos que se hayan empleado, por ineficientes que hayan sido, parecen haber sido justificados (véase la enfermedad de la victoria ), mientras que en la derrota hay una tendencia a seleccionar chivos expiatorios y a evitar examinar en detalle las razones más generales del fracaso.

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