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XV Concilio de Toledo

El XV Concilio de Toledo se celebró por primera vez en Toledo (España) el 11 de mayo de 688 bajo el reinado del rey visigodo Egica . Fue el primero de sus tres concilios.

En 680-681, el sexto concilio ecuménico , el Tercer Concilio de Constantinopla , había repudiado el monotelismo y afirmado la doctrina del diotelismo , según la cual Cristo tenía dos voluntades. La decisión del concilio había sido enviada a Quirico , metropolitano de Toledo , quien murió antes de que le llegara, y terminó en manos de su sucesor, Julián . La respuesta de los obispos españoles a la carta del papa Benedicto II no fue del agrado del papa, especialmente la frase voluntas genuit voluntatem , que significa "voluntad engendra voluntad". Sin embargo, Julián defendió sus propuestas y fue el Decimoquinto Concilio el que las adoptó. Algunos han teorizado que un cisma con la iglesia de Roma era inminente, pero fue desviado por los acontecimientos políticos tanto en España como en Italia, como la invasión morisca de 711. Esta opinión, sin embargo, no es generalmente aceptada.

Egica, además de la afirmación de la teología de Juliano, tenía una segunda razón para convocar el concilio. Su predecesor, Erwig , le había obligado a hacer dos juramentos antes de asumir el trono. En primer lugar, se le obligó a jurar que nunca dañaría a los hijos de Erwig cuando éste le diera a su hija en matrimonio. En segundo lugar, se le obligó, en el lecho de muerte de Erwig, a jurar que defendería la justicia para el pueblo. Egica afirmó que, a causa de las injusticias de Erwig, no podía proteger a sus hijos si quería hacer justicia al pueblo. Se suele presumir que Erwig había confiscado injustamente bienes y que estos estaban en manos de sus hijos. Por tanto, Egica tendría que recuperar esos bienes para devolverlos a sus legítimos poseedores. Quería que la protección de los hijos de Erwig se le quitara de las manos. Los obispos le ordenaron que amara a sus suegros, pero le liberaron de su juramento. También quiso que se revocara el canon del XIII Concilio que protegía a la familia de Erwig, pero los obispos se negaron, diciendo que ese canon no los protegía de castigos justos.

Fuentes