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Crisis bancaria de Uruguay de 2002

La crisis bancaria de Uruguay de 2002 fue una importante crisis bancaria que afectó a Uruguay en julio de 2002. En esta, una corrida masiva de depositantes (la mayoría de ellos de la vecina Argentina) contra los bancos hizo que el gobierno congelara las operaciones bancarias. La crisis fue causada por una contracción considerable de la economía de Uruguay y por la excesiva dependencia de Argentina (auge del turismo y de la construcción), que experimentó una fuerte fase de crisis económica a finales de 2001. En total, aproximadamente 1/3 de la población del país Se retiraron depósitos y cinco instituciones financieras quedaron insolventes. El valor del peso uruguayo cayó, perdiendo casi la mitad de su valor frente al dólar estadounidense en 2002.

Si hubiera habido una regulación bancaria adecuada por parte de las autoridades uruguayas, la crisis bancaria podría haberse evitado por completo. El Banco Central del Uruguay (BCU) había confiado en los bancos internacionales para regularse adecuadamente y fue demasiado indulgente y lento en responder a la crisis.

Banco Comercial del Uruguay

En 1990, Chemical Overseas Holdings, Inc. (subsidiaria de JPMorgan Chase ) junto con Dresdner Bank Latinamerika y Credit Suisse First Boston adquirieron el Banco Comercial del Uruguay (BCU), uno de los bancos nacionales más grandes y antiguos de ese país. Con el tiempo, Uruguay se convirtió en un gran centro bancario extraterritorial para Argentina y Brasil , en gran parte como resultado de sus leyes bancarias laxas y la opinión predominante entre los argentinos de que Uruguay era un lugar estable para sus ahorros.

Como resultado de la crisis bancaria, sólo del BCU desaparecieron unos 800 millones de dólares. Al final, cinco instituciones financieras quebraron y cientos de miles de depositantes en Uruguay, Argentina y Brasil quedaron en una situación económica desesperada después de ver literalmente desaparecer sus cuentas bancarias.

En enero de 2005, la Cámara de Comercio Internacional, con sede en París , dictaminó que el gobierno uruguayo tendría que pagar 120 millones de dólares a JPMorgan Chase & Co., Dresdner Bank AG y Credit Suisse First Boston por no mantener la solvencia del BCU.

La crisis subraya la dificultad de los tres bancos para gestionar el riesgo en los países en desarrollo y tratar con socios locales durante una época de crisis financiera. Como resultado, un grupo de antiguos depositantes de BC está demandando a los tres bancos internacionales y a los directores individuales que nombraron para el directorio de BC para recuperar las pérdidas sufridas como resultado del colapso del banco.

Gestión de crisis políticas

El presidente Jorge Batlle nombró a uno de sus políticos más respetados, Alejandro Atchugarry , como Ministro de Economía y Finanzas, una decisión que resultó vital para restablecer los fundamentos de la recuperación económica. [1]

Ver también

Referencias

  1. Atchugarry, a diez años de la crisis (en español)

enlaces externos