El nombre de biofactoría proviene de las mejoras que han experimentado distintas instalaciones de los servicios sanitarios tradicionales ( tratamientos de aguas residuales y plantas de tratamiento de agua ), revalorizándolas hacia una Economía Circular (EC). El concepto fue utilizado por primera vez por el gerente general de la empresa chilena Aguas Andinas, Narcís Berberana. En su origen participaron los ingenieros Yves Lesty, Carlos Castro y Lisette Gajardo.
En general, las biofábricas han pasado de un enfoque de procesamiento lineal, donde se extraen recursos y luego se procesan, generando así residuos; a fábricas que suministran nuevos recursos valiosos , como electricidad , gas natural , fertilizantes agrícolas o agua limpia , que se obtienen de lo que antes se consideraba residuo.
El primer complejo biofactorial fue creado en 2017 por Aguas Andinas, cuando se aplicó esta nueva estrategia a sus distintas plantas de tratamiento de aguas residuales, La Farfana y Mapocho-Trebal; y la planta de tratamiento de aguas La Florida, agrupándolas todas bajo el nombre de Biofactoría Gran Santiago.
Durante su primer año, [1] Biofactoría Gran Santiago generó un total de 51.792.240 kWh de energía eléctrica , 160.337 BTU de biogás , 111.842 toneladas de fertilizantes destinados a cultivos agrícolas y 603 millones de metros cúbicos de agua limpia que fueron devueltos a sus fuentes naturales.
Según la empresa que acuñó este nuevo concepto, las biofábricas operan bajo 6 principios fundamentales: [2]
En septiembre de 2018, el proyecto de biofábrica de Aguas Andinas fue galardonado con el reconocimiento Momentum for Change, [3] otorgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante su conferencia de Cambio Climático; reconociendo su contribución a esta nueva estrategia que busca prevenir el cambio climático.
Además, en octubre de 2018, la fundación chilena Recyclápolis entregó su Premio Nacional Ambiental Recyclápolis [ permanent dead link ] [4] a la planta de biometanización de Biofactoría Gran Santiago, implementada por las empresas chilenas Metrogás y Aguas Andinas.