La Batalla de Huaqui o Batalla de Guaqui -ortografía moderna- [1] [2] (en algunas fuentes también llamada Yuraicoragua o Batalla de Desaguadero ), fue una batalla del 20 de junio de 1811, entre las tropas revolucionarias de la Primera Junta ( Buenos Aires ) y las tropas realistas del Virreinato del Perú en la frontera entre el Alto Perú , (actual Bolivia ), resultando en una derrota integral de los ejércitos revolucionarios.
El ejército comandado por Juan José Castelli y Antonio González Balcarce tuvo su primer encuentro con los realistas al mando del general José Manuel de Goyeneche en octubre de 1810. El ejército realista no aprovechó su ventaja y no persiguió, y mientras se retiraba hacia el sur, tuvo otro encuentro que perdió en Suipacha .
El exitoso avance de las tropas de la Primera Junta continuó hacia el norte del Alto Perú y el 20 de junio de 1811 se encontraron nuevamente cerca del río Desaguadero donde se produjo la batalla.
En la mañana del 19 de junio, el ejército revolucionario había situado sus tropas en Guaqui , Caza y Machaca y había construido un puente provisional sobre el río Desaguadero, por el que pasaron 1.200 soldados. El objetivo era distraer a las tropas de Goyeneche por el frente y el flanco derecho, mientras rodeaban a los realistas por la retaguardia a través de las líneas establecidas por este nuevo puente.
El general Goyeneche decidió hacer un ataque directo con toda su fuerza. A las tres de la mañana del 20 de junio ordenó a los coroneles Juan Ramírez y Pablo Astete , a los tenientes coroneles Luis Astete y Mariano Lechuga (con 350 jinetes y cuatro cañones) atacar Caza, cerca del camino a Machaca y comunicación a Guaqui, mientras él marchaba hacia Guaqui con los coroneles Francisco Picoaga y Fermín Piérola al mando de 300 jinetes, 40 guardias y 6 piezas de artillería.
Al amanecer, las alturas que debían tomar las tropas realistas ya estaban repletas de tropas revolucionarias, caballería y fusilería, que comenzaron a disparar a los españoles con granadas y hondas . Los realistas respondieron y en pocas horas hicieron retroceder a los revolucionarios.
Cuando las tropas independentistas se enteraron del avance de Goyeneche hacia Guaqui, Castelli, Balcarce y Montes de Oca abandonaron la ciudad con 15 piezas de artillería y 2.000 hombres y tomaron una posición fuerte en el camino a Guaqui entre un pequeño lago y las colinas de atrás.
Goyeneche ordenó avanzar bajo fuego enemigo mientras el batallón del coronel Picoaga los cubría con fuego de respuesta. Las tropas independentistas, reconociendo al general Goyeneche, dirigieron su fuego hacia él, y éste ordenó a uno de sus ayudantes que transmitiera la orden de atacar por su flanco derecho, cubriendo también el camino con el batallón de Piérola y destacó tres compañías para avanzar sobre el frente mientras él y el resto de sus tropas atacaban por el izquierdo.
La caballería argentina intentó detener el avance, pero fue superada y huyó, junto con todo el ejército rebelde, hacia Guaqui. Goyeneche ordenó la persecución y posteriormente tomó la ciudad. Poco después, el coronel Ramírez envió un mensajero informándoles de la victoria en Caza.
La batalla terminó con las tropas argentinas en plena retirada, con más de 1.000 hombres perdidos y abandonando la mayor parte de su artillería. En plena huida se refugiaron en Potosí y más tarde más al sur en Jujuy .
Al mismo tiempo, el 20 de junio de 1811 se iniciaba en el Perú una revolución que ya estaba preparada con anterioridad . Su líder Francisco Antonio de Zela había acordado con las tropas argentinas que mientras él iniciaba la revolución en Tacna , el ejército argentino avanzaría hacia el Perú para iniciar la campaña libertadora de ese país, pero la derrota en Huaqui detuvo los planes en territorio peruano.
La mala impresión que esta derrota causó en Buenos Aires, donde habían perdido sus cañones, hizo que González Balcarce y Castelli fueran relevados de sus mandos y sometidos a juicio militar. La derrota provocó también un cese del fuego en el sitio de Montevideo debido a la preocupación que existía en Buenos Aires de ser atacados desde dos frentes al mismo tiempo.
La derrota de los independentistas en Huaqui fue de tal magnitud que la debilidad creada en el norte tras la batalla obligó a nombrar al general Belgrano para que tomara el mando del Ejército del Norte y tratara de restablecer la disciplina, entrenar a las tropas y esperar nuevo armamento. Esto lo obligó a tomar medidas extremas y movilizar a la población del norte argentino en la provincia de Jujuy hacia el sur ante la inminente ofensiva española. Este episodio es conocido en la historia como el Éxodo Jujeño .