Un agente autónomo es un sistema de inteligencia artificial (IA) que puede realizar tareas complejas de forma independiente. [1]
Existen diversas definiciones de agente autónomo. Según Brustoloni (1991):
"Los agentes autónomos son sistemas capaces de actuar de forma autónoma y determinada en el mundo real". [2]
Según Maes (1995):
"Los agentes autónomos son sistemas computacionales que habitan en un entorno dinámico complejo, perciben y actúan de manera autónoma en ese entorno y, al hacerlo, logran un conjunto de objetivos o tareas para los que fueron diseñados". [3]
Franklin y Graesser (1997) revisan diferentes definiciones y proponen su definición:
"Un agente autónomo es un sistema situado dentro de un entorno y que forma parte de él, que percibe dicho entorno y actúa sobre él a lo largo del tiempo en pos de su propia agenda y de modo de producir efectos en el futuro". [4]
Explican que:
"Los seres humanos y algunos animales se encuentran en el extremo superior de la jerarquía de agentes, con múltiples impulsos conflictivos, múltiples sentidos, múltiples acciones posibles y estructuras de control complejas y sofisticadas. En el extremo inferior, con uno o dos sentidos, una única acción y una estructura de control absurdamente simple, encontramos un termostato". [4]
Lee et al. (2015) abordan el problema de seguridad de cómo la combinación de la apariencia externa y el agente autónomo interno tienen impacto en la reacción humana sobre los vehículos autónomos . Su estudio explora la correlación entre la apariencia similar a la humana y el alto nivel de autonomía con la presencia social, la inteligencia, la seguridad y la confiabilidad. En particular, la apariencia tiene mayor impacto en la confianza afectiva, mientras que la autonomía tiene mayor impacto en el dominio afectivo y cognitivo de la confianza, donde la confianza cognitiva se caracteriza por factores basados en el conocimiento y la confianza afectiva está impulsada en gran medida por la emoción [5].