Tomás Vélez Cachupín ( c. 1730 - c. 1770) fue un juez colonial, y gobernador colonial español de la provincia de Santa Fe de Nuevo México (actual Nuevo México ), ubicada en el norte del Virreinato de Nueva España (México colonial), de 1749 a 1754 y de 1762 a 1767. Durante su gobierno, Cachupín logró la paz entre los españoles y los pueblos amerindios de Nuevo México, especialmente los comanches . También protegió el derecho a la posesión de tierras por parte de los pueblos de Nuevo México, incluidos los amerindios, multando y encarcelando a quienes ocupaban tierras ajenas bajo la idea de que estas tierras eran propiedad de sus habitantes.
Vélez Cachupín fue nombrado gobernador de Nuevo México a principios de 1749 y asumió el cargo en mayo de ese año. Tras establecerse en Nuevo México como gobernador, se percató de los frecuentes ataques que dirigían los comanches contra los lugares donde vivían los españoles y los mestizos . Estos ataques no sólo eran peligrosos porque resultaban en secuestros y asesinatos de colonos y sus descendientes en la provincia, sino que también impedían el crecimiento económico. Para remediar esta situación, Vélez Cachupín decidió mejorar la calidad de vida de los indígenas, con la esperanza de que lo respetaran. Además, esperaba que el comercio con las tribus nativas americanas ayudara a la economía de Nuevo México.
Como resultado, en julio de 1750, un grupo de unos 130 comanches se trasladó a Taos para vivir allí temporalmente. Se distribuyeron en cuarenta tiendas y establecieron relaciones comerciales con los vecinos de la región, con quienes intercambiaron pieles y esclavos. Aunque el gobernador accedió al comercio, les advirtió que enviarían una tropa contra ellos si, tras comerciar con Taos, los comanches asaltaban Pecos y Galisteo . Esta desconfianza era normal porque los españoles de la provincia consideraban a los comanches como su principal enemigo. Los jefes comanches prometieron no volver a asaltar esas regiones, pero no a todos los comanches les importó la amenaza. Un grupo de ellos asaltó Pecos en noviembre de ese año.
Tras conocer esta noticia, Vélez Cachupin dirigió un ejército contra los comanches y comenzó a buscarlos, lo que duró seis días. Encontró a 145 de los atacantes comanches, lo que provocó la Batalla de San Diego Pond, que enfrentó a españoles contra comanches. El gobernador ordenó a su ejército asesinar a cualquier comanche que vieran. Una vez comenzada la batalla, sólo los gritos de mujeres y niños lo persuadieron de dar a los comanches una oportunidad de rendirse, prometiéndoles que no los mataría si abandonaban la batalla. Al principio, los comanches estaban decididos a luchar. La guerra sólo duró hasta la medianoche cuando un adolescente , que ya estaba herido, se rindió con una cruz de junco en sus manos. Vélez aceptó su rendición y lo respetó, por lo que el resto de la tribu llegó a confiar en el gobernador y ellos mismos abandonaron la batalla. Después de este incidente, sólo el jefe y otros siete hombres quisieron seguir luchando. La nueva batalla comenzó a las tres de la tarde, pero los comanches fueron derrotados rápidamente. Sin embargo, durante toda la noche el ejército de Vélez Cachupin capturó a 49 comanches, mientras que el número de caballos y mulas que capturaron fue de más de 150. El resto de los comanches fueron asesinados. Al amanecer, Cachupín liberó a casi todos los prisioneros, aunque se quedó con cuatro. Vélez Cachupin los obligó a abstenerse de atacar los asentamientos españoles, advirtiéndoles que si lo hacían, prohibiría su comercio con Taos y los asesinaría a todos. El coraje que demostró cuando luchó con los comanches y el respeto y compasión que les dirigió le permitieron obtener el apodo de "el capitán que asombra" por parte de los comanches, quienes comenzaron a respetarlo. Esto también impulsó la paz de los españoles y criollos con los utes y apaches (que se convirtieron en sus principales aliados).
En 1754, Cachupín promulgó una lista de productos comercializados por los amerindios de las llanuras. Esta lista incluía los precios de los productos que esos pueblos comerciaban junto con los precios equivalentes en moneda española, con el fin de regular la compra y venta en las ferias. La lista tenía como objetivo evitar que surgieran malentendidos entre los comanches y los españoles. Por otro lado, Cachupín aprendió a relacionarse con los comanches, utes y apaches a través del estudio de estos pueblos. De hecho, Vélez escribió a su sucesor sobre el comportamiento y las acciones que debía tomar cuando entrara en contacto con los comanches, con el fin de evitar malentendidos y mantener la paz en Nuevo México. [1]
También en 1754, Cachupín favoreció la migración tanto a los lugares que ya habían sido abandonados como a nuevos lugares. Estos últimos se fundaron en sitios estratégicos, creándose: Abiquiu , Las Trampas , Ojo Caliente y Truchas entre otros. Siguiendo las indicaciones de Cachupín, en estos lugares se establecería una plaza con funciones defensivas. Pocos pobladores, sin embargo, aceptaron el tipo de asentamiento que Cachupín proponía. [2]
Aunque Vélez Cachupín logró la paz con los comanches, se ganó el enemigo de los franciscanos , especialmente Andrés Varo. Cachupín y Varo enviaron gran cantidad de cartas al virrey criticándose mutuamente. Aunque Vélez Cachupín defendía la cristianización de los indígenas, que era llevada a cabo por los franciscanos, rechazaba «a ciertas prácticas y a determinados sacerdotes». Los franciscanos intentaron expulsar a Cachupín de su cargo de gobernador, pero no pudieron hacerlo, probablemente debido a la familiaridad y amistad que había entre Cachupín y el virrey Revilla Gigedo . En efecto, Cachupín fue nombrado nuevamente, pese a la negativa de los franciscanos a realizar tal nombramiento. [1]
Tras completar su primer mandato en 1754, Vélez Cachupin regresó a España y solicitó al rey de España un nuevo mandato como gobernador de Nuevo México. Así, Cachupín fue nombrado gobernador de la provincia el 14 de marzo de 1761. Sin embargo, cuando regresó a Nuevo México, nuevamente tuvo que resolver muchos de los problemas que ya había resuelto durante su mandato anterior, ya que su sucesor no había seguido sus consejos sobre cómo interactuar pacíficamente con los pueblos nativos.
Al iniciar su segundo mandato como gobernador, Vélez Cachupín encontró muchos comanches prisioneros presentes, por lo que decidió liberar a seis mujeres de este pueblo para establecer un nuevo comienzo de paz con los comanches. Debido a esto, un grupo de quince comanches (nueve guerreros y seis mujeres) fueron a Taos tanto para comprobar que Cachupin estaba de regreso en la provincia como para "negociar" con él. Cachupín prohibió el comercio de esclavos comanches por parte de los españoles, con el fin de mantener la paz con este pueblo. Sin embargo, Cachupín ordenó a los españoles y criollos que residían cerca de la capital provincial, Santa Fe, y tenían esclavos comanches que los conservaran, ya que el gobernador podría tener problemas con los comanches en el futuro y podría necesitar intercambiar prisioneros con este pueblo.
Cachupín no sólo tenía funciones políticas, sino también judiciales y económicas. De hecho, era el juez principal de Nuevo México (tanto en causas civiles como penales).
En noviembre de 1750, los comerciantes franceses Paul y Pierre Mallet visitaron Nuevo México procedentes de Nueva Francia . Esta era la segunda visita de ellos a Nuevo México (la primera fue en 1739), pero Cachupín tomó sus mercancías y las vendió en una subasta, lo que le permitió pagar cuatro guardias para que las llevaran a la Ciudad de México. Esto se debió a que los franceses habían iniciado una guerra comercial con Nuevo México y estaban tratando de ocupar la mayor parte del norte de Texas español , convirtiendo a Francia en uno de sus principales rivales. [1]
En 1762, tras enterarse de que se había encontrado a un ute en posesión de un lingote de plata, Vélez Cachupín ordenó a los exploradores españoles Juan María Antonio de Rivera, Joaquín Laín, Gregorio Sandoval y Pedro Mora, que fueran a Colorado para localizar de dónde había venido el lingote. Localizar oro y plata era una prioridad para reponer las arcas reales. [3] La expedición viajó por el suroeste de Colorado y el sureste de Utah (que pertenecía a España en ese momento), estableciendo secciones del futuro Old Spanish Trail . [4]
Vélez también promulgó una serie de leyes para proteger las tierras amerindias: En 1764, Vélez Cachupín dio tierras a los amerindios y más tarde convenció a los amerindios Suma para que residieran en San Lorenzo , en tierras cercanas a las que había dado a otros amerindios en 1764, prometiéndoles protegerlos. También prohibió a los habitantes de El Paso-Juárez (que en ese momento era una ciudad única) ingresar a tierras amerindias por cualquier motivo, incluido el pastoreo de ovejas o la recolección de leña. Además, cualquier persona que cortara árboles en tierras amerindias sería castigada con una multa de 40 pesos o prisión por dos años. Además, confiscaría sus carretas y bueyes. El dinero obtenido de las multas se utilizó para comprar herramientas agrícolas para los Sumas. En 1766, prohibió a los habitantes de Atrisco ocupar tierras en San Fernando, porque estas tierras debían ser utilizadas solo por sus habitantes. Quien infringiera la prohibición tendría que pagar una multa de 30 pesos por cada infracción. También protegía las tierras de los Genizaros de Belén y de Santa Clara , y San Ildefonso Pueblo . [5]
En noviembre de 1765, Cachupín se vio obligado a prohibir el cultivo de tabaco en Nuevo México, a raíz de una ley emitida por el Virrey, que había establecido un monopolio sobre la planta. Sin embargo, el gobernador había tratado sin éxito de impedir la aplicación de la ley, porque podía perjudicar la economía de la provincia y las relaciones entre los indígenas y los españoles, ya que estos compraban el tabaco a los agricultores de Nuevo México. En efecto, en enero de 1766, Capuchino comunicó al virrey mediante una carta las razones por las que la ley que prohibía el cultivo de tabaco en Nuevo México era perjudicial para la provincia, pero el virrey hizo caso omiso. Cuando la ley se instauró en la provincia, las supuestas consecuencias de Cachupín se hicieron realidad. [1]
Fue reemplazado por Francisco Antonio Marín del Valle como gobernador de la provincia de Santa Fe de Nuevo México en 1767.