Se estima que sus hábitos eran más parecidos a los de estos últimos.[4] Se extinguieron poco después que los seres humanos poblaron Australia hace aproximadamente 50.000 años.Posiblemente, tuvieron un metabolismo bajo y unos movimientos lentos, que les ayudarían a necesitar pocos recursos pero que a la llegada del ser humano harían de ellos una presa fácil.Los parientes más cercanos que todavía sobreviven son el wombat y el koala.Se cree que dicho animal es el origen de la leyenda aborigen del bunyip.El área quemada es después repoblada con especies que aguantan mejor el fuego, tales como los eucaliptos, algunas acacias y algunos pastos nativos, un hábitat poco adecuado para casi todos los comedores de hojas.Los defensores de esta teoría creían que la menor precipitación durante la última glaciación mató a todos los diprotodontes grandes.Finalmente, los críticos señalan que, incluso durante los extremos climáticos, algunas partes del continente siempre permanecen relativamente exentas: el norte tropical, por ejemplo, se mantiene relativamente cálido y húmedo sin importar las condiciones climáticas, los valles alpinos resienten menos las sequías, la zona sur, siempre ha tenido un clima oceánico más suave y así sucesivamente.Según dicha teoría, la alteración del paisaje con fuego destruyó el ecosistema donde vivían los grandes marsupiales, extinguiéndolos.