Tres maridos es una película de comedia estadounidense de 1951 dirigida por Irving Reis y protagonizada por Eve Arden , Ruth Warrick y Emlyn Williams . [1] [2]
Cuando un playboy recientemente fallecido, Max, llega al cielo, se le concede un deseo: cuidar de sus tres mejores amigos, con quienes jugaba póquer regularmente, durante las siguientes 24 horas. Ese día, cada uno de ellos recibiría una carta; al día siguiente, se leería el testamento de Max. En cada carta se afirma que tuvo una aventura con la esposa de ese hombre, con todas las cuales era muy cercano. Con una de ellas, Max asistía a las matinés de la sinfónica los viernes y tomaba té después; con otra, iba a clubes nocturnos y daba clases de francés; a la última, la contrató repetidamente como su enfermero durante su larga batalla contra la enfermedad cardíaca.
Cada marido reacciona de forma diferente, al igual que cada esposa cuando descubre que ha ocurrido algo que hace que su marido desconfíe de ella. Al cabo de 24 horas, cada pareja declara su intención de divorciarse, habiendo roto la desconfianza y la incredulidad cada relación. El abogado lee el testamento, afirmando que la gran fortuna de Max ha quedado en manos de las tres esposas, pues cree que el matrimonio es más fuerte cuando una esposa no depende de su marido. En su testamento se afirma que Max escribió las cartas para demostrar a cada uno de sus amigos cuánto valía su esposa, pues cada uno había empezado a darla por sentada; creía que los celos eran el motivador perfecto para hacer que alguien volviera a apreciar algo/a alguien.
Cada esposa reitera su intención de divorciarse; cada esposo se disculpa y le ruega que reconsidere su decisión. Las tres parejas se reconcilian, todas agradecidas por haber tenido a Max y por su último regalo: el uno al otro.
El crítico anónimo del New York Times lo comparó desfavorablemente con la similar Carta a tres esposas , en la que también participó la guionista de Tres maridos , Vera Caspary, escribiendo "mientras que 'Carta a tres esposas' era un comentario dramático y mordaz, que a menudo era escandalosamente divertido, 'Tres maridos' es simplemente un hábil juego de manos, hábilmente realizado, pero que provoca risas solo en algunos puntos". [3]