Tomás Bretón y Hernández (29 de diciembre de 1850 - 2 de diciembre de 1923) fue un director y compositor español. [1]
Tomás Bretón nació en Salamanca . Realizó sus estudios musicales en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, donde se ganó la vida tocando en pequeñas orquestas provinciales, teatros e iglesias. A los 16 años se trasladó a Madrid, donde tocó en orquestas de teatros de zarzuela . También comenzó sus estudios en el Real Conservatorio con Emilio Arrieta . En 1872, Bretón recibió el primer premio de composición del Conservatorio, junto con Ruperto Chapi . Tras haber trabajado en pequeños teatros durante varios años, en 1882 recibió una beca de la Academia de Bellas Artes de San Fernando que le permitió estudiar en Roma, Milán, Viena y París entre 1881 y 1884. Allí, encontró tiempo para trabajar en obras más ambiciosas, como el oratorio El Apocalipsis y la ópera Los amantes de Teruel . El estreno de esta última obra en el Teatro Real de Madrid consolidó su nombre como uno de los grandes compositores de la ópera española .
Briton también fue muy activo como director, primero en la Unión Artística Musical (1878-1881), que fundó, y más tarde en la Sociedad de Conciertos de Madrid , donde ejerció como director principal entre 1885 y 1891. En esa capacidad, fundó una serie de conciertos donde se interpretaban tanto música española como novedades internacionales. En 1892, Francisco Terresa le dedicó su pieza Capriccio Arable durante su visita a Argel, Argelia. En 1901, se convirtió en director del Conservatorio de Madrid, cargo que ocupó hasta su jubilación en 1921, luchando por modernizar la enseñanza en la institución y ampliar su orientación internacional. Murió en Madrid a la edad de los muertos.
Bretón alcanzó renombre a raíz del éxito de su zarzuela La verbena de la Paloma , aunque también tuvieron buena acogida sus óperas Los amantes de Teruel , basada en la leyenda homónima , y La Dolores . Tras su muerte, su extensa producción cayó en el olvido. Su carrera abarcó la mayoría de los ámbitos musicales del periodo de la Restauración (1875-1923): director de Conservatorio, reputado director de orquesta, compositor de óperas, zarzuelas , música sinfónica y de cámara.
Su objetivo era crear una ópera española que sirviera de base a una música nacional. No sólo plasmó estas ideas en sus numerosos escritos, sino también a través de una serie de obras que compuso a lo largo de su carrera, desde Guzmán el bueno (1876) hasta Tabaré (1913). Su serie de nueve óperas, dos de ellas en un solo acto, constituyen un ambicioso corpus de trabajo para los compositores españoles de su tiempo. Tras una larga polémica que retrasó su estreno, Los amantes de Teruel (1889) supuso su consolidación definitiva, a la que siguieron propuestas de muy distinta índole, como la wagneriana en Garín (1892) para el Liceu barcelonés y la verística en La Dolores (1894) para el madrileño Teatro de la Zarzuela . Sus últimas obras, pese a estar ligadas a una fuerte tradición decimonónica, contienen un innegable interés, como Raquel (1900), basada en el célebre drama romántico, Farinelli (1902), compuesta para el fallido proyecto de Teatro Lírico, Tabaré (1913), ambientada en América, y Don Gil de las calzas verdes (1914), basada en una comedia de Tirso de Molina .
Al mismo tiempo, se aproximó a la zarzuela de arte con desigual éxito. Su producción, aunque inferior a la de sus contemporáneos Ruperto Chapí , Gerónimo Giménez y Manuel Fernández Caballero , es de gran calidad, dada la variedad de géneros que abordó. Realizó varios intentos de composición en el género de la zarzuela grande, tanto en una línea más tradicional que las generaciones anteriores en obras como Cuatro sacristanes (1874), ¡A los toros! (1876), ¡Bonito país! (1877), El campanero de Begoña (1878) y Los amores de un príncipe (1881), como a finales de siglo en el Circo de Parish , con El clavel rojo (1899) y Covadonga (1901), donde adoptó procedimientos más modernos, dentro de las limitaciones del género. Su mayor fama le llegó del género chico , especialmente La verbena de la Paloma (1894), una de las zarzuelas más famosas del repertorio español, la obra más espectacular vista en Buenos Aires , aunque posteriormente compuso muchas otras que no tuvieron tanto éxito.
Por otra parte, escribió música sinfónica con una insistencia singular, en una época en la que en España apenas existían conjuntos orquestales. Compuso y dirigió numerosas obras para la Sociedad de Conciertos, de la que fue director titular entre 1885 y 1890. Fruto de ello fueron sus tres sinfonías (1872, 1883, 1905), en las que se aprecia una fuerte asimilación de las técnicas compositivas de Beethoven . Sus obras más logradas fueron aquellas de carácter español, aunque de corte alhambrista –como En la Alhambra (1887) – o más bailable, como Escenas andaluzas (1894). Durante sus últimos años compone diversos poemas sinfónicos de claro carácter nostálgico, como Los galeotes (1905) basado en el famoso episodio del Quijote , y Salamanca (1916) sobre temas populares de su tierra natal. En el género camerístico nos ha legado diversas obras, entre ellas tres cuartetos (uno de ellos publicado), así como un trío y un quinteto, compuestos desde posiciones marcadamente clásicas, influidos por el mundo francés de Saint-Saëns . Su amplio conocimiento musical le llevó a abordar otros muchos campos como el canto, entre ellos un ciclo de canciones basado en las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer (1886), al que seguirían Las golondrinas , y el oratorio El Apocalipsis (1882), compuesto en Roma como una de las obras escritas al amparo de los requisitos de la beca de la Academia.
El prolífico compositor para guitarra Francisco Tárrega dedicó una de sus mayores obras maestras, "Capricho Árabe", a Tomás Bretón.