El concepto básico era permitir que los bombarderos estratégicos estadounidenses lanzaran sus armas desde muy fuera del alcance de las defensas soviéticas, hasta a 1.600 kilómetros (1.000 millas) de sus objetivos.
[1] Para hacer esto en forma lanzada desde el aire, se necesitaba una ojiva termonuclear liviana.
Las pruebas comenzaron en 1962 y al principio estuvieron marcadas por una serie de fallos.
[2] El Reino Unido había decidido basar toda su fuerza disuasoria de los años 1960 en Skybolt, y su cancelación provocó un importante desacuerdo entre el Reino Unido y Estados Unidos, conocido hoy como la "crisis Skybolt".
[3][4] Esto se resolvió mediante una serie de reuniones que llevaron a que la Marina Real Británica obtuviera el misil UGM-27 Polaris y la construcción de submarinos de la clase Resolution para lanzarlos.