Silvia Torres-Peimbert (también conocida como Silvia Linda Torres Castilleja , nacida en 1940) es una astrónoma mexicana. Ganó el Premio L'Oréal-UNESCO a la Mujer en la Ciencia en 2011 para América Latina por su trabajo determinando la composición química de las nebulosas .
Torres-Peimbert nació en la Ciudad de México en 1940. Estudió Física en la Universidad Nacional Autónoma de México (NAUM) antes de ir a la Universidad de California en Berkeley . Regresó a México para realizar una investigación postdoctoral en su alma mater. Estudió la formación estelar y la masa que desprenden las estrellas de tamaño mediano. Ha estudiado la distribución de la abundancia de helio primordial . [1] En 1973 se convirtió en profesora de la Facultad de Ciencias y del Instituto de Astronomía de la UNAM y fue directora del Instituto de Astronomía de 1998 a 2002. Durante este tiempo trabajó estrechamente con Manuel Peimbert , [2] su esposo. Torres-Peimbert y Peimbert habían sido estudiantes de Guillermo Haro (Haro fue en 1959 la primera persona elegida para la Real Sociedad Astronómica de un país en desarrollo). [3]
Torres-Peimbert fue editor de la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica de 1974 a 1998 [1] [4]
Torres-Peimbert fue nombrada presidenta de la Unión Astronómica Internacional para el período 2015-2018, convirtiéndose en la segunda mujer en presidir la IAU. [5]
Torres-Peimbert es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias , [6] y miembro de la Sociedad Astronómica Estadounidense y de la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo . [5]
Ganó el Premio L'Oréal-UNESCO a la Mujer en la Ciencia en 2011 para América Latina. [5] El premio se otorga anualmente a científicas destacadas y se otorga un premio a los cinco continentes. Ganó el premio por investigar la "composición química de las nebulosas", que los organizadores consideraron esencial para nuestra comprensión del origen del cosmos. [5] También ganó el Premio Hans A. Bethe en 2012 por su trabajo en la determinación de las cantidades de helio y otros elementos durante el desarrollo del universo. Conocer estos elementos permite a los cosmólogos comprender la evolución de las estrellas y galaxias. [2]