Rosa Campuzano Cornejo (13 de abril de 1796 – 1851) fue una activista afiliada a la causa libertaria en la lucha por la independencia del Perú , nacida en Guayaquil , Virreinato del Perú el 13 de abril de 1796 y fallecida en Lima en 1851. Fue llamada "la protectora" por ser la amante del general José de San Martín , el exaltado "Protector del Perú".
Rosa era hija ilegítima de Francisco Herrera Campuzano y Gutiérrez, oficial, rico productor de cacao, quien la concibió con una mulata llamada Felipa Cornejo. [1]
Rosita es descrita por los cronistas como una bella mujer de piel clara y ojos azules, inteligente, alegre y culta. Llegó a Lima en 1817, siendo amante de un español adinerado a los 21 años y pronto se hizo muy conocida en la sociedad limeña. Su círculo social era frecuentado por personas prominentes. Aprovechó su posición de amante de un general realista para obtener información militar que suministraba a las fuerzas patriotas peruanas. Escondió, en su casa, a desertores oficiales del ejército real y luego los ayudó a unirse a las Fuerzas Militares Patriotas. Por estas actividades clandestinas y subversivas fue detenida por varios días. Asimismo, por estas actividades y por asistir a los mismos círculos sociales conoció a Manuela Sáenz , estableciéndose entre ellas una gran amistad y complicidad en la obra conspirativa. También en 1818 fue denunciada ante la Inquisición por haber prohibido libros. [1]
El sábado 28 de julio de 1821 por la noche, el Cabildo de Lima organizó una fiesta en el Palacio Municipal en honor a San Martín y a la proclamación de la Independencia. El General y Rosita se reunieron allí y al día siguiente, domingo 29 de julio, San Martín devolvió la deferencia con otro baile, ahora en los salones del Palacio de los Virreyes y volvió a ver la bella Guayaquil .
Según varios testimonios, Rosa y el General se convirtieron en amantes. Cuando “el Protector” la incluyó entre las 112 mujeres que recibieron la Orden del Sol , la sociedad tradicional limeña lo consideró una afrenta. El día que San Martín abandonó el Perú, apenas pudieron despedirse.
En 1832, Rosita inició una relación con el empresario alemán John Weniger, dueño de dos valiosas zapaterías en la calle de los plateros de San Agustín. Tuvieron un hijo llamado Alexander Weniger Campuzano, a quien ella no crió porque John se lo llevó cuando terminaron su relación. [1]
En su testamento, Rosa afirma que estuvo casada con Ernesto Gaber, quien la abandonó yéndose a Europa , y que tuvo un hijo llamado Alejandro. Rosa murió casi en la pobreza en 1851, a los 55 años. Fue enterrada en la iglesia de San Juan Bautista de Lima.