Ramón Rivero
También organizó la primera Caminata Maratón del mundo, para recaudar fondos para la Liga Puertorriqueña Contra el Cáncer.Su padre, abogado, lo envió a Ontario, Canadá, para estudiar derecho, sin embargo, mientras estaba en Canadá, aprendió a jugar béisbol y recibió una oferta para probar suerte en el equipo de las grandes ligas, los New York Giants.Torregrosa se convirtió en su mejor amigo y más tarde sirvió como su compañero de comedia.Su padre le pidió que cambiara su nombre porque otro de sus hijos era sacerdote y tener un comediante en la familia iba contra el decoro.[7] Su comedia se hizo muy conocida, no sólo en el ambiente teatral ambulante, sino también en programas radiales locales como Los embajadores del buen humor, La vida en broma y El tremendo hotel, donde también participó activamente como guionista.Durante la Segunda Guerra Mundial, Rivero y su compañía teatral, «La Farándula Bohemia», viajaron a las bases militares de los Estados Unidos en las que estaban estacionadas tropas puertorriqueñas y no sólo entretuvo a los hombres, sino que también aceptó y entregó correo a las familias de aquellos que conoció en el extranjero.Entre los muchos artistas puertorriqueños que iniciaron su carrera en El tremendo hotel se encontraban Luis Vigoreaux, Miguel Ángel Álvarez[9] y Sylvia Rexach.[10] En una ocasión, denunció y fustigó a una periodista extranjera que había publicado un artículo en EE. UU.[11] Se hizo conocido entre sus fanes como el «Rey de la Farándula» y «Señor Televisión».[6][12] En Cuba, participó en la película Una gallega en La Habana junto a Niní Marshall, sin embargo fue en Puerto Rico donde en 1953, interpretó el papel principal de «Pepe» en la que posiblemente sea la mejor película jamás realizada en la isla, Los peloteros (con la actriz puertorriqueña Miriam Colón coprotagonizando como su esposa, Lolita) bajo la dirección de Jack Delano.[14] Debido a su repentina y prematura muerte, no pudo participar en una película pactada con la actriz de Hollywood Rita Hayworth.[15] Su memoria ha sido honrada tanto por el Gobierno de Puerto Rico, que declaró el Día Nacional de Ramón Rivero «Diplo» en 2009, como por Naguabo, su pueblo natal, que nombró una urbanización en su honor.[6] En 2009, una caminata «Diplo Regresa a San Juan», en memoria del primer evento, recaudó casi $200 000.