La Batalla de Angol se libró entre los mapuches y el Imperio español el 25 de marzo de 1564 como parte de la Guerra de Arauco .
En Los Infantes, el capitán Lorenzo Bernal del Mercado había descubierto que los rebeldes habían construido un pukara cerca, estableciendo un bloqueo de la ciudad, además los nativos bajo el toqui Illangulién habían elegido una posición inexpugnable en un pantano. Un destacamento mapuche se ubicó en una tercera posición esperando refuerzos de su cuerpo principal en la antigua posición. Al ver que esta posición era débil, los españoles atacaron esta posición. En la batalla, los españoles expulsaron a los mapuche de su pukara y los persiguieron hasta la orilla del río y los empujaron hacia el río, donde quedaron atrapados y murieron 1.000 mapuches, incluido el toqui Illanguelén.
En Los Infantes el capitán Lorenzo Bernal del Mercado había descubierto que los rebeldes habían construido un pukara cerca de allí, estableciendo un bloqueo a la ciudad. Lorenzo Bernal ordenó una patrulla de reconocimiento y observó que los indígenas al mando del toqui Illangulién habían elegido una posición inexpugnable en un pantano y optaron por retirarse. Las tropas de Illangulién se trasladaron entonces a una segunda posición, más cercana a Angol, a lo que el capitán Lorenzo Bernal respondió con un nuevo reconocimiento.
Al comprobar que esta nueva posición también era inexpugnable, se retiró de nuevo. Sintiéndose victorioso y creyendo que la destrucción de Angol era inminente, un destacamento mapuche se situó en una tercera posición a la espera de refuerzos de su cuerpo principal en la antigua posición. Esta vez, al ver la peligrosa proximidad a Los Infantes, el capitán Bernal decidió atacar la posición antes de que llegaran más mapuches. En la batalla, los españoles expulsaron a los mapuche de su pukara y los persiguieron hasta la orilla del río y los llevaron al río, donde quedaron atrapados y murieron 1.000 mapuches, incluido el toqui Illanguelén, y muchos más resultaron heridos o capturados. Bernal ordenó matar a algunos de los cautivos y a otros les perdieron las manos o los pies. Cuando la noticia llegó al resto del ejército mapuche que venía a atacar Angol, se dispersaron. [2]