Modelo conceptual para explicar el desarrollo y la recuperación de incidentes
Un pozo de incidentes es un pozo conceptual cuyos lados se vuelven más empinados con el tiempo y con cada nuevo incidente hasta que se llega a un punto sin retorno. A medida que pasa el tiempo, incidentes aparentemente inocuos empujan una situación hacia una situación mala y escapar del pozo de incidentes se vuelve más difícil. Un pozo de incidentes puede tener o no un punto sin retorno, como un horizonte de eventos .
Es un término utilizado por buzos, así como ingenieros, personal médico y personal de gestión de tecnología, para describir estas situaciones y, lo que es más importante, para evitar quedar atrapado. [1] [2]
Conferencia de oficiales de buceo del British Sub Aqua Club de 1973
El diagrama que se muestra es un producto del estudio de numerosos informes de incidentes. Es importante tener en cuenta que la forma del "pozo" no está relacionada de ninguna manera con la profundidad del agua y que todas las etapas pueden ocurrir en aguas muy poco profundas o incluso en la superficie.
El concepto básico es que, a medida que se desarrolla un incidente, se hace cada vez más difícil salir de una situación que empeora, ya sea usted o su acompañante. En otras palabras, cuanto más "arrastrado" se es hacia el pozo, más empinadas se vuelven las paredes y, en consecuencia, es más difícil volver a la situación "normal".
La natación subacuática puede considerarse una actividad en la que, debido al entorno y al equipo, además de la naturaleza humana, existe un proceso continuo de incidentes menores, como lo ilustra la zona superior del pozo. Cuando uno de estos incidentes menores se vuelve difícil de manejar, o se complica aún más por otros problemas que suelen aparecer todos al mismo tiempo, la situación tiende a convertirse en una emergencia y comienzan a aparecer los primeros sentimientos de miedo, como lo ilustra la siguiente capa del pozo. Si la emergencia no se controla en esta etapa temprana, el pánico, el peor enemigo del buceador, conduce a una pérdida casi total de control y la emergencia se convierte en un problema grave, como lo ilustra la tercera capa del pozo. La progresión a la etapa final del pozo desde la situación de pánico suele ser muy rápida y extremadamente difícil de revertir y la fatalidad puede ser inevitable, como lo ilustra la etapa negra final del pozo.
El tiempo que tarda un incidente en evolucionar de esta manera puede ser tan breve como 30 segundos o menos, como lo ilustra la línea recta que pasa directamente por todas las etapas en el centro del pozo, o puede ser un proceso más lento que se desarrolla durante un período de un minuto o más [¡quizás una semana!], como lo ilustran las líneas curvas que corren desde los extremos [superiores] del pozo. En este último caso, representa el incidente de evolución lenta cuando el buceador o el grupo pueden no ser conscientes de que, de hecho, se está desarrollando una situación grave. Entre 30 segundos y aproximadamente 1 minuto es representativo del tiempo necesario para tomar las decisiones y acciones necesarias cuando se hace evidente que un incidente está a punto de suceder.
La conclusión final es sencilla: nunca permita que los incidentes se desarrollen más allá de la capa superior normal de actividad. Si se ve arrastrado a la segunda etapa (la emergencia), utilice todas sus habilidades y experiencia de entrenamiento para salir usted y sus compañeros del pozo antes de que los lados se vuelvan demasiado empinados.