La Pontificia Comisión para el Patrimonio Cultural de la Iglesia ( en latín : Pontificia Commissio de Patrimonio Artis et Historiae conservando ) fue una institución dentro de la Curia Romana de la Iglesia Católica que presidía la tutela del patrimonio histórico y artístico de toda la Iglesia -que es decir, obras de arte, documentos históricos, libros y todo lo que se conserva en los museos eclesiásticos así como en las bibliotecas y archivos eclesiásticos.
Colaboró también con las Iglesias particulares y con las conferencias episcopales nacionales en la conservación de este patrimonio, y se encargó de promover en la Iglesia una conciencia cada vez mayor sobre estas riquezas. [1]
En cumplimiento de la reorganización de la Curia Romana llevada a cabo por el Papa Juan Pablo II mediante su Constitución Apostólica Pastor Bonus de 1988, se erigió en el seno de la Congregación para el Clero una Comisión Pontificia para la Preservación del Patrimonio del Arte y de la Historia . [ cita necesaria ]
Mediante Carta Apostólica Motu Proprio Inde a pontificatus (25 de marzo de 1993), el Papa Juan Pablo II la rebautizó como Comisión Pontificia para el Patrimonio Cultural de la Iglesia y la estableció como organismo autónomo, independiente de la Congregación para el Clero, con su propia Presidente que iba a ser miembro del Consejo Pontificio para la Cultura a fin de asegurar una adecuada coordinación de las actividades de ambos órganos. [2]
Mediante su Carta Apostólica Motu Proprio Pulchritudinis fidei (30 de julio de 2012), el Papa Benedicto XVI reconoció la convergencia del papel y las funciones de estos dos órganos y suprimió la comisión, transfiriendo sus antiguos objetivos, facultades y actividades al Pontificio Consejo para la Cultura. [3]