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Pinturas de Santa María de Taüll

Las Pinturas de Santa María de Taüll son un conjunto de frescos conservados en el Museu Nacional d'Art de Catalunya , en Barcelona . [1]


El conjunto de María de Taüll es una de las series de pintura románica más completas que conserva el Museo. En origen, el interior de la iglesia estaba totalmente decorado y, a pesar de no haberse conservado íntegramente, lo que tenemos es suficiente para saber con cierta certeza qué temas se representaban y cómo se distribuían en el interior de la iglesia y distinguir a los diferentes artistas.

En la parte más importante del templo, el ábside, se representa a la Virgen María como trono del Niño en una escena de la Adoración de los Magos. Se trata de la representación del primer reconocimiento de la divinidad de Cristo por parte de todos los pueblos y de las distintas épocas de la humanidad. En el interior del semicilindro se encuentran representaciones de los apóstoles como testigos de esta manifestación divina y en los arcos que preceden al ábside se encuentra la Mano de Dios, la figura de Abel (alegoría del sacrificio de Cristo y de la Eucaristía) y el Agnus Dei.

En el cuerpo anterior se encuentran restos de lo que debió ser una Maiestas Domini con el Tetramorfos, de la que se conservan figuras antropozoomorfas que representarían a dos Evangelistas, un serafín y el arcángel Gabriel. También hay representaciones de animales inscritas en círculos bajo las figuras de los Apóstoles, que se asemejan genéricamente a los temas de los textiles orientales.

En los muros laterales de la iglesia se representaban a menudo escenas de la Biblia o de santos, distribuidas en diferentes registros. Aquí, junto al ábside lateral, encontramos, por ejemplo, Herodes con los Reyes Magos , que, en una síntesis de dos episodios diferentes, visitan a Herodes y adoran al Niño. En las columnas de la nave y en el intradosio de los arcos hay imágenes de santos y profetas representativos de la Iglesia, entre ellos San Clemente y San Nicolás. En el muro occidental se encontraba la habitual representación del Juicio Final y una versión de la lucha entre David y Goliat (Salmo 17, 4-54), que representa la lucha del bien contra el mal.

La consagración de la iglesia por el obispo de Roda y Barbastro el 11 de diciembre de 1123 aporta la clave para datar las pinturas del extremo oriental. El artista, vinculado a yacimientos castellanos como Santa Cruz de Maderuelo ( Museo del Prado ), es el mejor de este conjunto. Su estilo muestra una clara dependencia del del ábside central de Sant Climent de Taüll, especialmente en el modelado de las formas y la geometrización de los ropajes.

El autor del resto de las pinturas de la iglesia es posterior, más rústico y con menos recursos técnicos. Se le ha llamado el Maestro del Juicio Final y se le relaciona con las pinturas del absidiolo de Sant Climent de Taüll. [2]

Véase también

Referencias

  1. ^ La obra en la web del MNAC
  2. ^ La obra en la web del MNAC

Lectura adicional