Un oficial de inteligencia aérea sirve para recopilar información sobre las operaciones aéreas y ayudar en la dirección de su ejecución para obtener el máximo efecto . La evaluación del daño al objetivo es una tarea esencial del oficial de inteligencia aérea, que se espera que utilice una variedad de tecnologías para adquirir, analizar y evaluar información sobre los efectos de las operaciones aéreas y los resultados potenciales de operaciones futuras. La oficina de inteligencia aérea normalmente actúa como el oficial G-2 (el oficial de estado mayor responsable de la inteligencia) en un estado mayor de comando en particular, sin embargo, dicho oficial también puede actuar como oficial G-3 (operaciones y planes) donde su papel estará más centrado en la dirección de las operaciones aéreas que en la recopilación y análisis de inteligencia. [1]
De un informe de 1978 sobre el entrenamiento de oficiales de inteligencia aérea del Ejército de Estados Unidos:
El Área de Trabajo de la Unidad de Sistemas de Vigilancia del Instituto de Investigación del Ejército de los Estados Unidos para las Ciencias Sociales y del Comportamiento ha estado analizando el sistema de vigilancia y reconocimiento aéreo (AS/R) del Ejército, en particular con respecto al puesto de Oficial Aéreo G2 y al personal de interpretación de imágenes. Este esfuerzo actual se concentró en desarrollar materiales de gestión de recursos para el Oficial Aéreo G2 que pudieran usarse para la capacitación en el trabajo y la orientación en el desempeño de sus funciones y en los cursos de la escuela de inteligencia. Los materiales de gestión de recursos se recopilaron en forma de manual para lograr los objetivos de capacitación. El primer paso consistió en reunir información sobre las tareas realizadas por las unidades AS/R operativas. A continuación, se preparó un esquema de contenido del manual integrando los datos de las entrevistas de campo con la base de datos existente. En tercer lugar, la preparación del propio manual tuvo en cuenta las diversas técnicas y ayudas de capacitación adecuadas para la aplicación en el trabajo y en la escuela. El cuarto paso consistió en realizar una evaluación limitada del manual para determinar su utilidad, aceptación y estructura final. A continuación, una edición "preliminar" del manual utilizó la información derivada de la evaluación. Por último, una demostración automatizada de una parte del manual ilustró cómo los materiales podrían utilizarse con posibles sistemas de información computarizados futuros. [2]