El murciélago orejón mexicano ( Corynorhinus mexicanus ) es una especie de murciélago vespertino endémico de México. [1] [2] [3] Son nocturnos e insectívoros. Sus orejas muy grandes están ubicadas a lo largo de sus frentes, y cuando son capturados, se observa que los murciélagos las enroscan de manera protectora. [4] Los adultos suelen ser de color marrón, mientras que los juveniles suelen ser de un color marrón ahumado. Tienen narices pequeñas. [5]
El murciélago orejón mexicano es endémico de México y se lo conoce entre Sonora y Coahuila en el norte y Michoacán Yucatán en el sur; [1] [2] es raro en el extremo sur de su área de distribución y poco común en otras partes. [1] Se encuentran en hábitats montañosos altos y húmedos y parecen preferir áreas con bosques de pino y encino, [6] aunque se los ha encontrado alrededor de otros tipos de vegetación, como sicomoros, álamos y agaves. [4] Al ser una especie nocturna, descansan durante el día; sus refugios diurnos se encuentran en cuevas abiertas [4] y pozos de minas. [7]
Los estudios de los machos de la especie muestran que tienen un ciclo reproductivo largo por año. El momento de su ciclo depende tanto de factores fisiológicos (condición corporal, señales neurológicas y endocrinas) como ambientales (temperatura y disponibilidad de recursos). Los órganos reproductores masculinos son más pequeños en febrero, marzo y abril, luego comienzan a desarrollarse en mayo y alcanzan su mayor tamaño, determinado por el peso, alrededor de agosto (donde son aproximadamente 40 veces más grandes que en abril). Las mejores condiciones corporales de los murciélagos se encontraron de mayo a junio, lo que sugiere que este ciclo depende de la condición corporal. [8] Las hembras dan a luz una sola cría. [3]
En 1996, la especie fue catalogada como de riesgo menor/menor preocupación, pero en 2008, fue trasladada a la categoría de casi amenazada. El tamaño de la población de este murciélago está disminuyendo y la especie podría verse amenazada pronto. [1] La principal amenaza para la especie son los seres humanos, que perturban sus refugios y provocan la pérdida de hábitat. [9]