La metoctramina es una polimetileno tetraamina que actúa como antagonista muscarínico . Se une preferentemente al receptor presináptico M2 , un complejo proteico ganglionar muscarínico de acetilcolina presente básicamente en las células del corazón. En condiciones normales -ausencia de metoctramina-, la activación de los receptores M2 disminuye la velocidad de conducción de los ganglios sinoauricular y auriculoventricular reduciendo así la frecuencia cardíaca. Gracias a su aparentemente alta cardioselectividad, se ha estudiado como potencial fármaco parasinfolítico , particularmente contra la bradicardia. Sin embargo, actualmente sólo se aborda con fines de investigación, ya que aún no está disponible la administración a humanos.
Se ha demostrado que la metoctramina antagoniza competitivamente los receptores muscarínicos, impidiendo así que se unan al neurotransmisor acetilcolina (y a otros agonistas, como el betanecol o la berberina ). En concentraciones más altas, también se han descrito propiedades alostéricas de la metoctramina. [1]
La literatura bioquímica distingue 5 tipos diferentes de receptores muscarínicos, cada uno de los cuales tiene una afinidad diferente por la metoctramina:
Cuanto menores sean las constantes de afinidad, mayor será la afinidad.
Como se muestra en el cuadro anterior, la metoctramina se une preferentemente a los receptores M2, que se encuentran principalmente en los nervios parasimpáticos y las aurículas. Allí, la actividad que desarrolla está claramente relacionada con el proceso de contracción. En presencia de acetilcolina, se cree que los receptores M2 desempeñan un papel autoinhibidor en las aurículas, desencadenando procesos que evitan que se produzca la contracción. Por tanto, la presencia del antagonista metoctramina provoca un aumento de la frecuencia cardíaca.
En marcado contraste con lo anterior, la metoctramina tiene la función opuesta en otros órganos: inhibe la contracción. Esto ocurre especialmente en la vejiga, donde, a diferencia del corazón, no existen procesos autoinhibidores de este tipo.
Investigaciones recientes, sin embargo, llevaron a encontrar dudosa la mencionada especialidad, aumentando la posibilidad de que se una a otro tipo de receptores, como los receptores nicotínicos de ACh –en concentraciones micromolares- o la adenosina A3.
Aún se desconocen los efectos exactos de la metoctramina. Sin embargo, los pocos experimentos realizados han llevado a relacionar esta molécula con lo siguiente:
Aún objeto de investigación, la metoctramina aún no se ha introducido en la industria farmacológica. Las investigaciones realizadas en ratones (y otros animales) sugieren, sin embargo, numerosos usos clínicos, gracias a sus implicaciones en los procesos de contracción. Estas aplicaciones incluyen, entre otras:
Se demostró que la metoctramina produce algunos efectos citotóxicos , [8] siendo los cardiomioblastos las células más sensibles reportadas. La muerte celular ocurre sólo a altas concentraciones micromolares (siendo la dosis farmacológica promedio a nivel nanomolar). De todos los polímeros derivados de la metoctramina, se demostró que aquellos con mayor espacio entre los átomos de nitrógeno internos tenían las dosis letales más bajas.
Esta toxicidad mencionada tiene su origen en un mecanismo no muscarínico, y guarda un gran parecido con otros fármacos anticolinérgicos , como la galamina .
Existe evidencia de que el litio podría actuar como antídoto contra la metoctramina. [9]