Los ojos simples u ocelos son pequeñas estructuras fotorreceptoras presentes en muchos animales, que funcionan como órganos de la visión.
El término ocelo procede del latín oculus (ojo) y literalmente significa "ojito".
La lente puede estar fuertemente curvada como en las abejas, saltamontes y libélulas o ser plana como en las cucarachas.
El número de células fotorreceptoras también es muy variable, oscila entre varios cientos y algunos miles para los ocelos bien desarrollados.
Se han demostrado correcciones en el vuelo como respuesta a la luz en langostas[2] y libélulas.