La ganadería incaica se refiere a cómo en los andes prehispánicos los camélidos cumplían un papel verdaderamente importante en la economía. En particular, la llama y la alpaca —los únicos camélidos domesticados por los andinos— [1] , que eran criados en casas de gran escala y utilizados para distintos fines dentro del sistema de producción de los incas . Asimismo, se utilizaban otras dos especies de camélidos no domesticados: la vicuña y el guanaco . Los guanacos eran cazados mediante chacos (cacerías colectivas).
Los incas utilizaban herramientas como: piedras, cuchillos o tumis , hachas que, según los cronistas, eran de piedra y bronce, y cuerdas que eran confeccionadas por ellos en sus ratos de ocio. Muchas de estas herramientas eran utilizadas para esquilar a los camélidos, que luego eran liberados; de esta manera, se aseguraban de que se mantuvieran en número. Los guanacos, por su parte, eran cazados por su carne, que era muy apreciada.
Los camélidos sudamericanos eran un recurso valioso. Su carne se consumía fresca o en charqui y chalona ; su lana se utilizaba para hacer hilos y tejidos; sus huesos, cuero, grasa y excrementos tenían diversas aplicaciones como instrumentos musicales, calzado, medicinas y fertilizantes respectivamente. También eran animales preferidos para sacrificios religiosos. Los rebaños comunales de camélidos estaban bajo el cuidado de jóvenes, cuyas edades oscilaban entre los doce y los dieciséis años.
En las zonas donde los rebaños comunales eran numerosos, como el altiplano , donde los pastos estaban alejados, es probable que su cuidado estuviera en manos de un especialista a tiempo completo. Los cronistas mencionan dos nombres quechuas para los pastores: llama michi —que Garcilaso asocia con un estatus social bajo— y llama camayos , que designaba al cuidador de llamas o empleado responsable de los rebaños. Los pastores estatales eran responsables de los animales a su cargo, cuya contabilidad y supervisión estaban a cargo de funcionarios designados por el Estado.
El jesuita José de Acosta menciona que en el Antiguo Perú , la división de las manadas de camélidos se hacía según los colores de los animales. Había blancos, negros, pardos y moromoros , como llamaban a los de varios colores. Además, el cronista decía que los colores eran tomados en cuenta para los diversos sacrificios, según sus tradiciones y creencias. Garcilaso de la Vega añade que en las manadas, cuando un ternero era de un color distinto, una vez que había crecido, era enviado a su manada correspondiente. Esta división por tonos facilitaba su conteo en los quipus , que eran confeccionados con lana del mismo color que la de los animales que querían contar. [2]
La llama y la alpaca fueron especialmente importantes en la economía andina.
La vicuña y el guanaco no habían sido domesticados en la época inca.
La visita de Garci Diez de San Miguel a la provincia de Chucuito es un documento que aporta datos interesantes sobre la riqueza ganadera de esa región. De él se sabe que un inca común, por ejemplo, podía poseer hasta mil cabezas de camélidos, mientras que un señor principal podía llegar a poseer hasta cincuenta mil. [3] La ganadería ciertamente constituyó una importante fuente de riqueza en la época prehispánica.
Los cronistas señalan que se consumía la carne de todos los camélidos, pero debido a las restricciones que existían para su matanza, su consumo debió ser un lujo. La población probablemente tenía acceso a carne fresca sólo en el ejército o en ocasiones ceremoniales, cuando los animales sacrificados eran ampliamente distribuidos.
En la época colonial, los pastos fueron desapareciendo o empobreciéndose debido exclusivamente a la presencia masiva de los animales introducidos por los españoles y sus hábitos alimenticios. El ambiente andino sufrió un cambio considerable con los animales domésticos que llegaron con la conquista española .
Los animales domesticados en el Imperio Inca fueron principalmente camélidos. También domesticaron al cuy o conejillo de indias. Aunque no se han encontrado ejemplares significativos de conejillos de indias en los Andes, se cree que su domesticación fue menor o en pequeñas proporciones. Actualmente, el conejillo de indias forma parte de la dieta de los pueblos andinos. Asimismo, los patos y los pagos a la madre naturaleza en el Imperio Inca eran criados en casa porque su carne era muy valorada.
Según las crónicas de la colonización española , los habitantes de la selva alta criaban animales mansos y domésticos como los cuyes y los pavos . [nota 1]
{{cite book}}
: Mantenimiento de CS1: falta la ubicación del editor ( enlace )