« La mente embrujada » es un cuento de Nathaniel Hawthorne . Se publicó por primera vez en The Token and Atlantic Souvenir en 1835. Más tarde se incluyó en el segundo volumen de Twice-Told Tales , [1] una colección de cuentos de Hawthorne publicada en 1837.
En “La mente embrujada”, Hawthorne describió un espacio intermedio entre el sueño y la vigilia. [2] Esta historia explora el viaje introspectivo de una persona que se despierta en mitad de la noche. Comienza con el desconcertante momento de transición del sueño profundo a la vigilia, donde los restos de los sueños parecen momentáneamente tangibles. El sonido del reloj de una iglesia distante provoca un estado de ánimo contemplativo, que lleva al individuo a reflexionar sobre la naturaleza esquiva del tiempo, la cualidad efímera del pasado y la incertidumbre del futuro.
En la comodidad de la cama, los pensamientos se desvían hacia las sensaciones contrastantes de calor y las imágenes escalofriantes de muerte y tumbas, evocando una sensación de tristeza. La mente, en su estado vulnerable y semiconsciente, evoca vívidas personificaciones de penas, desilusiones y vergüenzas personales. Estas se representan como figuras espectrales, cada una de las cuales encarna diferentes facetas de la historia emocional y los remordimientos del individuo.
En un intento por escapar de estos pensamientos inquietantes, la persona se centra en los aspectos familiares y mundanos de la habitación que la rodea. A pesar de estos esfuerzos, la oscuridad envolvente parece amplificar la sensación interna de desesperación. Surge un anhelo por la presencia reconfortante de un ser querido y la imaginación pinta una imagen de paz y tranquilidad compartidas.
A medida que avanza la narración, el individuo entra en un estado de semiconsciencia donde la realidad se mezcla con imágenes oníricas. Esta fase está llena de escenas de belleza natural, alegría y placeres sencillos, que ofrecen un respiro de la agitación anterior. Sin embargo, este interludio sereno se ve acentuado por la comprensión de las similitudes de la vida con esta hora fugaz: ambos son viajes misteriosos con elementos que escapan a nuestro control.
La obra concluye con el regreso gradual del personaje a un sueño profundo, marcado por las campanadas del reloj distante. Este descenso al sueño se asemeja a una muerte temporal, con una nota esperanzadora de que el paso final del alma hacia la eternidad pueda ser tan sereno y familiar como esta transición nocturna.
"En lo más profundo de cada corazón hay una tumba y una mazmorra, aunque las luces, la música y el jolgorio de arriba puedan hacernos olvidar su existencia y la de los enterrados o los prisioneros que esconden". "Ella era tu más preciada esperanza, pero una esperanza engañosa".