Las Juventudes Republicanas (en catalán : Jovent Republicà ) es un partido político de izquierdas, y también ala juvenil de Esquerra Republicana de Catalunya (en catalán : Esquerra Republicana de Catalunya , ERC), un partido independentista catalán. Hasta abril de 2018 se conocía como Joven Esquerra Republicana de Cataluña . [2] (JERC en sus siglas en catalán).
Según su declaración de principios, el objetivo de Jovent Republicà es “lograr una sociedad democrática, libre de cualquier opresión social o nacional, en un territorio ecológicamente equilibrado, mediante la sensibilización y la movilización de la juventud de los Países Catalanes ”. Apoyan la independencia de Cataluña y del resto de los Países Catalanes . Actualmente es la entidad juvenil más numerosa de Cataluña, con más de 1.400 miembros.
Una de sus principales actividades anuales es el festival de música política, Acampada Jove , que atrae a miles de jóvenes catalanes cada año. [3] Desde hace diez años se celebra en la localidad de Montblanc, en el sur de Cataluña. [4]
Su portavoz actual es Kènia Domènech, que ocupa su primer mandato tras convertirse en la primera mujer en hacerlo. Jovent Republicà también publica su propia revista, llamada La Veu del Jovent . Al igual que ERC, utilizan tanto la tradicional versión azul como la roja socialista de la bandera independentista catalana, la estelada .
Fruto de la fusión de varias organizaciones juveniles republicanas locales, el 26 de octubre de 1931 se convocó la Asamblea de la Izquierda Catalana. Ese día se creó la JEREC, Joventuts d'Esquerra Republicana - Estat Català, en la sede del Centro Delegado Autónomo de Comercio e Industria (CADCI) de Barcelona. La Asamblea estuvo formada por aproximadamente 600 personas y Josep Dencàs, Miquel Badia, Ramon Duran, Josep Fontbernat y Carles Duran fueron elegidos para la junta directiva del comité ejecutivo. Las JEREC empezaron a implantarse en toda Cataluña, consolidando su presencia en nuevas sedes en Barcelona y organizando diversos actos públicos a lo largo de los años treinta. A pesar de ser una fuerza esencialmente local en Barcelona, a lo largo de los años treinta impulsaron un proceso de expansión que promovería el crecimiento en la Cataluña interior. [5]
Con la proclamación de la república y la restitución de la Generalitat de Cataluña se inicia una etapa de avances en derechos y libertades sociales, donde la aprobación en referéndum del estatuto de autonomía que corresponde al autogobierno catalán y recupera parte de las libertades arrebatadas durante la guerra de sucesión, se convierte en un punto indispensable. Durante estos años de gobierno republicano las JEREC también participan en la gobernabilidad del país y durante los primeros años de la república cuando constituyen las guerrillas, son muchos los actos, jornadas atléticas y desfiles.
En mayo del 36, en un contexto complicado y con el intento de reunificar y fortalecer a las juventudes, se propone el cambio de denominación y la adopción de las nuevas siglas: JERC, como en la actualidad. Con el estallido de la guerra civil, buena parte de la militancia pasó a formar parte de la Columna Macià-Companys y otros destacamentos de lo que sería el Ejército Regular Popular con el fin de defender la legitimidad republicana en el frente.
El fin de la guerra civil y la victoria del franquismo generan un éxodo y unas pérdidas personales difícilmente reparables. Mucha militancia juvenil debe exiliarse, encarcelarse o morir en los campos de batalla.
Aun así, a pesar de las dificultades, la llama del republicanismo juvenil se mantiene desde el exilio y la clandestinidad encarnada por los dirigentes de las épocas de Víctor Torres y Heribert Barrera. En los primeros años algunos militantes, tanto de Esquerra como de las JERC, se incorporan también al Frente Nacional de Cataluña, que aglutina la lucha clandestina. En 1945 las JERC se recomponen en el exilio, sin embargo, el largo túnel del franquismo propicia una supervivencia testimonial de las organizaciones políticas vencidas. La principal tarea durante el franquismo es mantener la actividad en el exilio y resistir en la lucha clandestina en el interior del país.
A finales de 1976, los miembros más jóvenes de Esquerra encabezados por Boi Fuster, María Teresa Puigoriol, Jordi Rull y Martí Marcó -asesinado por la policía española en un tiroteo en 1979- pusieron en marcha la reconstrucción del espacio político juvenil cerca Esquerra y adopta el nombre oficial y definitivo de Joventuts d'Esquerra Republicana de Catalunya, el JERC. Durante esta etapa y bajo el liderazgo (por ese orden) de Jordi Rull, Joan López, Santiago Sala, Dolors Rovira, Albert Freixa, Joaquim Micó, Francesc Garriga, Jordi Olivella y Francesc Xavier Simó, las JERC lucharán por organizarse en todo el territorio y ganar visibilidad.
Es a partir de 1987, cuando con la Crida a Esquerra, centenares de jóvenes reconstruyen el partido y la juventud, y recuperan el espacio de la Izquierda Independiente. La acogida de una nueva militancia cuadriplica la organización existente antes de 1987. En ese mismo año las JERC celebran su décimo congreso, bajo el lema “La Fuerza Independiente del Futuro” y Joan Puigcercós es elegido secretario general de la “organización”.
La remodelación de las JERC, liderada por el mismo Puigcercós, pasa por organizar internamente la organización, sentar las bases ideológicas y establecer una nueva imagen, con la incorporación del logotipo actual. Es también a principios de los años 90 cuando las JERC asumen el ámbito de los Países Catalanes en sus estatutos. Las JERC siguen ampliando su base militante, tanto desde el punto de vista del desarrollo numérico, como territorial, y de las relaciones internacionales.
El reconocimiento de las JERC como organización política juvenil autónoma durante el XVIII Congreso Nacional de Izquierdas en Vic en 1992 y la firma de un Protocolo de Relaciones entre Esquerra y las JERC en enero de 1993 suponen su plena consolidación y madurez. Es a partir de este momento que las JERC adquieren la competencia total en el ámbito juvenil, labor que se consolida a partir del XIII congreso nacional donde David Minoves es elegido secretario general. Durante esta época es cuando aumenta la incidencia social con acciones mediáticas y multimodales. Destacan las campañas a favor de la desobediencia al servicio militar obligatorio o la lucha contra la represión, las detenciones y las torturas durante los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Con la dirección nacional de Esquerra encabezada por Àngel Colom y Pilar Rahola se produce un distanciamiento entre ambas organizaciones debido a discrepancias en cuanto a métodos de acción y práctica política. En 1996, las JERC celebraron su congreso nacional en Tarragona donde eligieron a Camil Ros como secretario general para seguir apostando y ampliando la lucha ideológica por construir un partido que encarnara los valores de la izquierda y el independentismo.
A partir de 1997, la organización hace un relevo generacional y en el Congreso Nacional de Manlleu eligen a Uriel Bertran como Secretario General, que estará seis años ostentando esta responsabilidad. En esos años se prioriza el trabajo en la mejora de las condiciones de vida de los jóvenes desde un análisis independentista y una estrategia de movilización popular. Se cambia la estructura organizativa y se simplifica adoptando la terminología de portavoz nacional para definir a la persona que lidera la organización.
La concepción del JERC como un verdadero movimiento juvenil es promover y dinamizar la participación de la militancia en organizaciones sectoriales y tejer red para abrir la organización a la sociedad. Se potencia esta dinámica social y popular, con el fin de combinar el trabajo institucional con la lucha callejera. A partir de 1996 se inaugura el proyecto Acampada Jove, el festival político-musical de referencia en los Países Catalanes, que congrega cada verano a miles de jóvenes, así como los Casals Tio Canya, que se convierten en puntos de encuentro y centros sociales juveniles. También se destaca todo el trabajo que se hacía en institutos y universidades con los movimientos estudiantiles.
Es un periodo políticamente intenso en el que el JERC se convierte en una herramienta de movilización juvenil para luchar contra las diferentes reformas educativas, el plan hidrológico nacional, las guerras en Irak y Afganistán o la lucha por una vivienda digna.
En el marco del XIX Congreso Nacional celebrado en 2003, Pere Aragonès, se convierte en el nuevo portavoz nacional en un nuevo contexto político para las JERC modernas. El aumento de la izquierda en las encuestas y la consiguiente formación del primer gobierno catalán y de izquierdas, lleva a las JERC a dar un salto. Pasan de la movilización juvenil a tener responsabilidades de gobierno y gestionar las políticas de juventud del Principado. Las JERC se enfrentan al reto de trasladar lo que dicen a la calle en las instituciones. En esta etapa, las JERC se oponen a la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña que se había recortado en Madrid, liderando esta posición en el propio partido, así como la movilización constante de la juventud con importantes acciones mediáticas como la encadenada a la sede de la cadena COPE en Madrid.
Desde 2007 hasta 2011, Gerard Coca se convierte en el nuevo portavoz de la organización. En este periodo, se trata de gestionar un momento de convulsión interna para el ala de izquierdas y de administrar el segundo gobierno de coalición de izquierdas en el que, el JERC, con responsabilidades en la dirección del secretariado de juventud, impulsa una auténtica red de emancipación con las oficinas de juventud en todo el territorio catalán. Se pone especial énfasis en las políticas de juventud, incidiendo en la vivienda digna, el derecho al trabajo o la educación de calidad. En este contexto, estalla la crisis económica y el JERC sigue luchando por mejorar las condiciones de vida de la juventud así como por vincular la salida de la crisis a la salida de España. [6]
En el XXIII congreso nacional celebrado en Terrassa en 2011, la militancia eligió a Gerard Gómez del Moral como nuevo portavoz. En estos momentos las JERC tienen ante sí el reto de convertirse en la organización de referencia de la juventud de los Países Catalanes para relanzar el independentismo juvenil.
En un momento de reivindicación de más transparencia y democracia, las JERC participan en el impulso del debate independentista para construir un futuro mejor para la juventud del país. Se producen movilizaciones multitudinarias que fuerzan el inicio del proceso de independencia del Principado y un creciente enfrentamiento democrático con un Estado español reciente, antisocial y demofóbico. Tras la celebración del 9N de 2014, donde más de 2 millones de ciudadanos se expresan a favor de la independencia, se afrontan unas elecciones plebiscitarias de las que saldrá el primer Parlamento y Gobierno Independiente del Principado.
En el 26 Congreso Nacional celebrado en Benicarló en 2017, la militancia elige a Pau Morales como nuevo portavoz. Las JERC afrontan una nueva etapa aprobando por primera vez en 18 años unos nuevos estatutos con la intención de convertirse en una herramienta más moderna y eficaz que actúe en simbiosis con muchos otros grupos sociales, asociativos, estudiantiles y políticos.
Se trata de convertirse en la herramienta política más útil y de mayor utilidad para reivindicar el papel de la juventud de cara al Referéndum de Independencia del 1 de Octubre de 2017 y desencadenar la apertura de un proceso constituyente popular de la República Catalana, frente a la liberación social y nacional de los Países Catalanes. Luchamos por una idea revolucionaria en este mundo loco en el que vivimos: ser jóvenes corrientes que vivan en un país en el que merezca la pena vivir.
El partido se organiza en diferentes niveles. En primer lugar, por criterios territoriales, empezando por las pequeñas asambleas locales, integradas por un mínimo de tres miembros [12] , el Portavoz, el Secretario de Finanzas y el Secretario de Organización. Existen unos cientos de asambleas locales diferentes, cada una de las cuales abarca un solo municipio. Cada condado se organiza también como asamblea regional, integrada por los diferentes grupos locales. En la cima, en el nivel más alto, se encuentra el comité ejecutivo nacional, que incluye a todos los portavoces regionales y a los líderes de las respectivas secciones dentro del partido.