Su director, Barrett Williams, permitía al joven Eads pasar el tiempo en su biblioteca particular, que se encontraba encima de la tienda.
A mediados del siglo XIX, la navegación fluvial de los barcos a vapor era una aventura peligrosa, que provocaba frecuentes naufragios.
En 1861, tras el estallido de la guerra civil americana, Eads fue llamado a Washington a instancias de su amigo, el fiscal general Edward Bates, para pedir su asesoramiento en la defensa del río Misisipi.
[4] Poco después, fue contratado para construir buques blindados para la Marina de Estados Unidos y fabricó siete de estos envíos en cinco meses.
El puente se encuentra actualmente en uso, llevando a la vez el tráfico de automóviles y ferroviario.