Hércules o Hércules Furens ( El Hércules Loco ) es una fábula crepidata de c. 1344 versos de Lucio Annaeus Séneca .
Lico fue desterrado por sus crímenes por Creonte, el suegro de Hércules y rey de Tebas. Hércules se encontraba en ese momento en el inframundo, adonde había ido a buscar a Cerbero como último trabajo que le había asignado Euristeo por odio de Juno. Allí encontró a Teseo, que había descendido a las regiones de Plutón en compañía de Pirítoo con la intención de raptar a Proserpina . Lico aprovechó la oportunidad y, ayudado por conspiradores, mató a Creonte junto con sus dos hijos y usurpó el reino de Tebas.
Juno desahoga su ira por los amoríos, las concubinas y los hijos bastardos de Júpiter. Está muy enfadada por los éxitos de Hércules y decide enviarlo a un estado de locura frenética a su regreso del inframundo.
El coro comienza con una descripción del amanecer y alude a las costumbres de la época, condenando las actividades y empresas de los nobles. Reprenden a Hércules por su audacia al intentar sus diversas tareas y ensalzan la tranquilidad de una vida retirada. [1]
Megara lamenta la ausencia de Hércules y se queja de la violencia e insolencia de Lico. Anfitrión se compadece del estado de ánimo de Megara y le ofrece sus condolencias.
Lico, tras haber dado muerte a Creonte y a sus hijos, se ha instalado en el trono y gobierna el reino. Intenta casarse con Megara recurriendo a todas las estratagemas y amenaza con la violencia si ella se niega. [1]
Hércules pide perdón a Febo y al resto de dioses por haber traído a Cerbero a las regiones superiores, aunque fuera en obediencia a mandatos divinos.
Hércules, que ha regresado del inframundo con Teseo, se encuentra con Anfitrión, que lo saluda y le informa de los acontecimientos. Hércules parte para matar a Lico. Teseo le proporciona a Anfitrión un relato del inframundo y de las hazañas de Hércules.
El coro canta la victoria de Hércules obtenida en el inframundo y alaba al héroe. [1]
Hércules, al regresar de la matanza de Lico, y cuando se disponía a ofrecer sacrificios a los dioses que había invocado, se volvió loco y, bajo la influencia de su locura, mató a su esposa y a sus hijos, y luego cayó en un sueño profundo. [1]
Hércules despierta, con la mente recuperada, y se entera de que ha matado a sus propios hijos. Se dispone a suicidarse, pero, persuadido por las súplicas de Anfitrión y Teseo, se abstiene de suicidarse y, por sugerencia de Teseo, parte hacia Atenas para sufrir la ordalía de la expiación por sus actos de locura. [1]