Se trata de la gimnasta húngara que ha obtenido más éxito a nivel internacional desde Ágnes Keleti.
Se distinguió por sus ejercicios dinámicos en los que solía introducir elementos novedosos o poco usuales y a menudo de gran dificultad.
No tuvo una buena clasificación en el concurso general, ya que fue 31.ª pero sin embargo entró en las cuatro finales por aparatos.
En 1992 participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona donde fue, junto con el resto del equipo húngaro, sexta en el concurso por equipos, junto con Andrea Molnar, Krisztina Molnár, Bernadett Balazs, Kinga Horvath e Ildiko Balog.
Fue octava en el concurso general individual y consiguió dos medallas a título individual: obtuvo la medalla de oro en salto de potro, empatada con la rumana Lavinia Milosovici y la medalla de plata en suelo, aparato en el que se destacaba un elemento que solo realizaba ella llamado triple giro.