La batalla de Foz de Arouce fue un enfrentamiento de la Guerra Peninsular que tuvo lugar el 15 de marzo de 1811 entre las fuerzas anglo-portuguesas al mando de Arthur Wellesley (más tarde duque de Wellington ) y las tropas francesas al mando del mariscal Michel Ney . [2]
La batalla fue parte de la retirada de André Masséna de Portugal en la primavera de 1811.
Las tropas francesas no habían ocupado posiciones defensivas adecuadas. Wellington decidió atacar inmediatamente. Fue la sorpresa lo que le permitió triunfar de inmediato en el primer ataque. Algunas compañías de los 95.º Fusileros (de la División Ligera) siguieron un camino estrecho y llegaron al centro de Foz de Arouce, muy cerca del puente, encontrando casi sin oposición. Las otras unidades de la División Ligera se enzarzaron en combate frontal con la División de Marchand y la 3.ª División se dirigió hacia la Brigada de Mermet que constituía el flanco izquierdo francés. A pesar de la débil oposición las compañías de los 95.º Fusileros acabaron entrando en contacto con algunas fuerzas francesas. La confusión del combate con estas compañías, en el lado del puente, alertó a las tropas francesas del peligro de quedar aisladas por la retaguardia y varias unidades abandonaron la línea de batalla y se dirigieron apresuradamente hacia el río. Al intentar cruzar el puente, acabaron siendo enfrentadas por la caballería de Lamotte, que había cruzado el río aproximadamente una hora antes, pasando a la orilla izquierda, donde se encontraba la División Marchand. Al no poder pasar, los fugitivos intentaron cruzar por un vado cerca de la confluencia de los ríos. El caudal del río era alto y muchos se ahogaron. Se perdió el águila del regimiento (del 39.º Regimiento) y su comandante fue capturado.
Ney salvó la situación lanzando al 3er Batallón del 69º Regimiento (3/69me) en un contraataque contra las compañías del 95º de fusileros que habían entrado en Foz de Arouce y amenazaban el puente. Se vieron obligados a retirarse hacia donde se encontraban los demás batallones de la División Ligera. El paso sobre el puente quedó así libre y las tropas francesas lo cruzaron con cierto desorden. Mientras lo hacían, fueron víctimas del fuego de artillería aliada y también del VIII CE, que en medio de la confusión no supo distinguir entre fuerzas amigas y enemigas. Sin embargo, cayó la noche y los franceses, tras completar el cruce, volaron el puente.
Las fuentes francesas documentan un número de bajas que oscila entre 200 y 400. Charles Oman ofrece una estimación de unas 250 bajas. Del lado aliado se registraron 71 bajas (9 muertos y 62 heridos), dos de ellas portuguesas.