Su primer puesto fue como regente del Colegio de Vitry-le-François, pasando a trabajar más adelante como preceptor en Dijon.
Fortaleció su conocimiento de las lenguas clásicas, aprendió italiano y español, y se dedicó sobre todo a descubrir los orígenes de la lengua francesa.
Es el autor del primer diccionario francés compilado de forma metódica, publicado bajo el título de: Su sentido cáustico del humor le ganó numerosos enemigos; esta primera edición, de la que hubo varias reimpresiones extranjeras falsificadas, contiene pasajes satíricos a expensas de notables del día, incluyendo Amelot de La Houssaye, Furetière, Varillas y otros.
Se publicaron ediciones posteriores del Richelet, tanto expurgadas como aumentadas.
Se abreviaron ediciones posteriores como la de Gattel (París, 1842, 2 vol.