El Nuevo Herald

La cercanía al Miami Herald, cuya línea editorial era vista por el nutrido exilio cubano de Miami como hostil y a veces hasta procomunista, fueron a veces problemáticos para el desarrollo del diario.

Mas Canosa, con amplios contactos en círculos políticos norteamericanos, era el dirigente de la Fundación Nacional Cubano Americana, y los artículos del Miami Herald (reproducidos casi siempre en El Nuevo Herald) le parecían demasiado críticos.

Aunque pronto se convirtió en el diario en español más leído en Estados Unidos (en 2000[cita requerida] fue desplazado por La Opinión de Los Ángeles), su redacción era famosa por su política interna.

En 2007, el corresponsal colombiano del periódico, Gonzalo Guillén, recibió amenazas anónimas después de hacer una investigación crítica sobre las intensas relaciones entre el narcotráfico y Álvaro Uribe; tras ello fue despedido por "no encolumnarse tras la línea editorial" al publicar una nota crítica a Uribe.

En 1998, Carlos Castañeda decidió aceptar el puesto de editor del Nuevo Herald, y no lo abandonó hasta su muerte en 2002.

UU.)[cita requerida] y "Powell será inflexible con el enemigo" son ejemplos de dicho estilo.

La noticia tuvo gran repercusión, pero luego se supo que Trujillo Izquierdo en realidad era solo una secretaria en una fábrica de papel.

[7]​ Ambos reporteros fueron despedidos, y la asociación con Connor, que en ese entonces era de una columna cultural como colaboradora, fue rota.