Edward Collier fue un bucanero inglés que sirvió como segundo al mando de Sir Henry Morgan durante gran parte de sus expediciones contra España a mediados del siglo XVII. [1]
Al mando de uno de los barcos que participaron en la incursión de Sir Henry Morgan en Portobello en 1668 , se le dio el mando del Oxford de 34 cañones con una comisión como cazador de piratas antes de fin de año y finalmente capturó al capitán la Veven y su barco, el Satisfaction.
Tras reunirse con Morgan en sus posteriores incursiones en Maracaibo y Gibraltar , una explosión a bordo de su barco mataría a muchos de los oficiales de la expedición antes de que su barco se hundiera. Según se dice, Collier, abatido por la pérdida de su barco, abandonó la flota y se le permitió tomar el mando del Satisfaction, que pasó los siguientes 18 meses frente a la costa mexicana.
Finalmente, lo convencieron de unirse a Morgan mientras éste planeaba su incursión en Panamá en septiembre de 1670 y lo designaron vicealmirante de la expedición. Mientras se preparaba la expedición, se le ordenó a Collier que navegara con seis barcos hacia Venezuela para obtener provisiones y otros suministros, así como para recopilar información de los lugareños.
Al llegar a Río de la Hacha , capturó la fortaleza española y, según se dice, torturó a sus cautivos para que revelaran dónde se encontraban los 200.000 pesos de la ciudad. Sin embargo, muchos de los prisioneros murieron en cautiverio sin revelar el paradero del tesoro de la ciudad y, después de exigir provisiones a la población local, Collier abandonó Río de la Hacha y se reincorporó a la flota de Morgan a principios de diciembre.
En el momento de su llegada a Panamá en enero de 1671, Collier dirigió con éxito el ala izquierda del asalto para capturar la ciudad . Luego de saquearla, Collier (o uno de los piratas bajo su mando) asesinó a un fraile franciscano antes de regresar a Port Royal.
La incursión en Panamá condujo al arresto de Morgan después de su llegada a Port Royal. Morgan fue liberado más tarde, y ni Collier ni nadie más parecía estar sujeto a arresto por parte de las autoridades coloniales. Más tarde se convirtió en un granjero adinerado y se retiró a su plantación de 1000 acres (4,0 km2 ) en Jamaica, que le regalaron en 1668. Pasaría sus últimos años preparando defensas contra una posible invasión extranjera contra Jamaica hasta su muerte.