La Pascua Dolorosa es el nombre que ha dado la prensa paraguaya a la represión que la policía del régimen de Alfredo Stroessner ha aplicado a varios grupos de campesinos acusados de participar en el movimiento clandestino Organización Primero de Marzo (OPM) . La persecución alcanzó a muchas regiones del país y destruyó todo intento de construcción de cualquier tipo de organización entre los trabajadores del campo.
En 1972, Alfredo Stroessner llevaba más de 22 años gobernando el país. Si bien era elegido periódicamente en representación del Partido Colorado y mantenía una fachada democrática, Stroessner era un dictador autoritario que reprimió duramente a la oposición política y a los movimientos sociales. La década del 70 se caracterizó por el crecimiento económico nacional gracias a la construcción de la represa de Itaipú sobre el río Paraná , en la frontera con Brasil . Sin embargo, fue una época de asfixia política y el hecho de que en otros países de la región existieran muchos movimientos sociales en ascenso llevó a muchos jóvenes paraguayos a tomar algunas decisiones radicales para ofrecer cierta resistencia al gobierno.
Desde 1973, una organización clandestina, posteriormente conocida como OPM, operaba en el país a través de grupos de estudiantes que se movían en el área urbana de Asunción . La mayoría de los líderes de la organización eran estudiantes paraguayos que habían ido a estudiar a Argentina , donde habían conocido a algunos miembros de organizaciones guerrilleras como los Montoneros .
Como la clase obrera en Paraguay era prácticamente inexistente y más aún, desorganizada, las bases de un movimiento revolucionario que quisiera contar con una aprobación popular, debían estar en torno a los movimientos agrarios y más específicamente al sector agrario. Las organizaciones agrarias atravesaban uno de sus momentos cruciales. Durante más de una década, entonces, en varias regiones del país se estaba gestando uno de los intentos más importantes de organización agraria de ideología católica en América Latina : las Ligas Agrarias Cristianas.
Con una fuerte expresión cristiana en sus inicios, las ligas surgieron como respuesta al viejo problema de la tierra y su explotación. Las actividades a las que se vinculaban las ligas se centraban en el trabajo comunitario como las “mingas” y en la instrucción y formación de los trabajadores agrarios. También contaban con “escuelas comunitarias” que utilizaban el método de educación popular de Paulo Freire .
Los actos de intimidación del gobierno crecieron a medida que las Ligas se expandían. Uno de los líderes históricos de la organización fue Constantino Coronel. Desde 1972 un sector de sus seguidores comenzó a plantear la necesidad de iniciar una lucha política contra la dictadura y aunque la idea de una oposición fuerte aún era vaga, comenzaron a organizarse discretamente. La Iglesia Católica, que en un principio apoyó a las Ligas Agrarias Cristianas, comenzó a distanciarse de la organización al percibir que el control se había desbordado.
El encuentro de las Ligas Agrarias Cristianas con el movimiento armado era inevitable y se inició en 1973. Con el liderazgo de Juan Carlos Da Costa , la OPM logró establecer una pobre estructura clandestina. En noviembre de 1974, algunos activistas del grupo armado argentino Montoneros llegaron a Asunción para entrenar militar y políticamente a algunos de los miembros de la OPM. En 1975, el líder Constantino Coronel había integrado la Conducción Nacional.
En abril de 1976, la policía descubrió por casualidad la existencia de la organización y logró capturar a sus principales líderes, asesinando a varios de sus jefes, entre ellos, Juan Carlos Da Costa. En los días siguientes la represión se limitó a la capital, pero durante la Semana Santa, la policía encontró pruebas que vinculaban a la OPM con los dirigentes de las Ligas Agrarias Cristianas. La llamada “Semana Santa Dolorosa” comenzó en San Juan Bautista de las Misiones, a donde fue enviado el comisario Camilo Almada Morel, alias Sapriza, con facultades para detener a cualquier sospechoso. Cientos de campesinos que vivían en los alrededores fueron encarcelados en la cárcel Abraham Cué. Ocho campesinos fueron ejecutados y muchos más fueron llevados a Asunción en furgones.
En esa época, los presos en la capital eran tantos que apenas cabían en el Departamento de Investigaciones y en las comisarías de Asunción. En septiembre de 1976, la mayoría de los presos fueron trasladados a la cárcel de Emboscada, a 20 kilómetros de Asunción.