La Declaración checo-alemana es el nombre abreviado de la Declaración checo-alemana sobre las relaciones mutuas y su desarrollo futuro , firmada el 21 de agosto de 1997. El primer ministro checo Václav Klaus y el ministro de Asuntos Exteriores Josef Zieleniec firmaron la declaración , mientras que el canciller federal Helmut Kohl y el ministro federal de Asuntos Exteriores Klaus Kinkel firmaron la declaración. El objetivo de la declaración era mejorar las relaciones entre ambos países y reducir las tensiones que aún persistían tras la Segunda Guerra Mundial .
La Declaración consta de un prólogo y ocho partes. En el prólogo se destaca el rico patrimonio cultural mutuo de ambas partes y se rechaza la solución de los viejos males con nuevos males. En la primera parte, ambas partes declaran que comparten los mismos valores democráticos y la necesidad de adoptar una postura clara sobre el pasado. En la segunda parte, Alemania proclama su plena responsabilidad por las consecuencias provocadas por el régimen nazi . En la tercera parte, la parte checa expresa su pesar por la expulsión de los alemanes de Checoslovaquia después de la guerra y la expropiación y revocación de la ciudadanía de los alemanes de Bohemia , incluidas las numerosas injusticias ("Unrecht" en la versión alemana - ilegalidad) y el sufrimiento de inocentes que se derivaron de ello. La parte checa también expresa su pesar por los excesos, durante la expulsión, que quedaron impunes.
En la cuarta parte, ambas partes declaran que los errores cometidos son un problema del pasado y reconocen el derecho de la otra parte a tener una opinión diferente. Este pasaje, aunque es un compromiso, es una de las partes más controvertidas de la declaración en ambos países: la parte alemana se negó a aceptar las exigencias checas de declarar nulo el Acuerdo de Munich desde el principio (como hicieron Francia e Italia en el pasado), pero reconoció el derecho checo a considerarlo nulo. La frase "los errores cometidos son un problema del pasado" provocó un amplio desacuerdo entre las organizaciones alemanas de los Sudetes que presionaban para que se pagaran reparaciones por la expulsión.
En la quinta parte, ambas partes declaran su intención de apoyar a las minorías de otras naciones en su territorio. En la sexta parte, ambas partes declaran su convicción de que la pertenencia de la República Checa a la UE conducirá a un acercamiento entre ambos países y ambas partes prometen que, al examinar las solicitudes de permisos de residencia o de trabajo , tendrán en cuenta las razones humanitarias. En la séptima parte se crea el Fondo conjunto checo-alemán para el futuro, que se utilizará principalmente para ayudar a las víctimas de la Alemania nazi . En la octava parte, ambas partes acuerdan que esta historia común debe investigarse conjuntamente y se comprometen a crear un foro de debate checo-alemán para fomentar el diálogo checo-alemán.