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Catedral Vieja de Cuenca

El Altar Mayor, con grupo escultórico que representa a Cristo y sus discípulos.
Cubierta de la Catedral Vieja; el órgano del coro está encima de la entrada principal.

La Iglesia del Sagrario -también conocida como Catedral Vieja de Cuenca- es un templo cuya construcción se inició a mediados del siglo XVI, y fue considerado el principal lugar de culto español durante la época de la colonización española en Cuenca ( Ecuador ). Hoy funciona como Museo de Arte Religioso, conocido por su gran variedad de altares y la historia que ofrece. Se encuentra en el centro de la ciudad de Cuenca , y es uno de sus museos más emblemáticos, el cual se encuentra en el Parque Calderón, frente a la Catedral Nueva .

Forma parte del Centro Histórico, el mismo que fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999, por lo que es uno de los lugares más emblemáticos de Cuenca al ser la única iglesia que cuenta con un órgano de fuelle, el cual se ubica en su interior en la parte posterior del edificio. Era utilizado como acompañamiento musical de los coros. Sin embargo, actualmente se encuentra fuera de servicio.

Historia

La planificación de la iglesia comenzó en 1557 y la construcción comenzó diez años después, utilizando piedras para la base y las paredes de las ruinas de Tomebamba . [2] [1] Durante el período colonial, la iglesia fue el principal centro de culto de la "Parroquia de los Españoles"; estaba reservada para la gente de España, mientras que los indígenas tenían que quedarse afuera o adorar en otro lugar. El órgano se agregó en 1739 y el reloj se instaló en la torre en 1751. [3] En 1787 se estableció el obispado en Cuenca y la iglesia se convirtió en catedral. La nueva torre erigida en 1868 lleva una placa conmemorativa: Torre más célebre que las pirámides de Egipto ("Torre más famosa que las pirámides de Egipto ") en referencia al uso de la antigua torre como punto de referencia clave para la Misión Geodésica Francesa en 1736, que determinó el arco del meridiano . [3] En 1880 se inició la construcción de la Nueva Catedral . Con la consagración de la Catedral Nueva, la Catedral Vieja dejó de utilizarse para servicios religiosos regulares. Tras una restauración que comenzó en 1999, la Catedral Vieja sirve hoy como "Museo de Arte Religioso" y lugar de conciertos y eventos culturales. Entre otras cosas, exhibe esculturas de Miguel Vélez y Gaspar Sangurima y pinturas de Daniel Alvorado y Nicolás Vivar. [3]

Historia Arquitectónica de la Iglesia Matriz “El Sagrario”

Antes de su construcción: La Calle de Santa Ana

Al fundarse la ciudad de Cuenca en 1557, Gil Ramírez Dávalos, plasmó el diseño de la ciudad, destinando una manzana de cuatro solares a la iglesia principal, al costado este de la plaza central. Esta manzana era atravesada por una calle que se denominaba Santa Ana, para pasar junto a la Iglesia Principal, consagrada a Santa Ana, primera patrona de la ciudad [4]

En un principio, esta calle era inexistente, siendo en realidad una acequia que unía los barrios de San Blas y San Sebastiá. En épocas de lluvia, la calle provocaba inundaciones de los terrenos cercanos, por lo que en el año de 1566, se le realizó un cambio de cauce para evitar mayores inconvenientes. [4] En el siglo XVIII, la calle pasó a llamarse coloquialmente "Callejón de la Soledad".

La Iglesia Provisional y la Iglesia Mayor

Existen documentos arqueológicos que demuestran que para 1567 existía una pequeña iglesia provisional (también llamada ermita), para realizar celebraciones eclesiásticas, aun cuando no se había iniciado la construcción oficial de la Iglesia Matriz. Esta Iglesia Provisional contaba con una puerta principal, la cual se dirigía hacia la hoy conocida Calle de Santa Ana. [2] Gracias a las gestiones de Diego de Solís para conseguir los requisitos para la construcción de la Iglesia Matriz en la Real Audiencia de Quito , se levantaron muros alrededor de la ermita, los cuales fueron hechos de adobe. Sirviendo de esta manera, como coro del Nuevo Templo. Para el año siguiente, la construcción de la Iglesia se había paralizado, debido a que los responsables de ella ( cabildos ), regresaban a sus haciendas a dirigir sus cosechas. En 1569, se eligió como Observador de la Iglesia a Juan de Bermeo, quien en su periodo de mando, presenció la construcción y culminación de esta. De dicho diseño y supervisión fue responsable Francisco de San Miguel, quien junto con Diego Alonso Márquez se le encargó la construcción de un recinto de ladrillo, para evitar daños por inundaciones.

Primera modificación de la Iglesia Mayor (1617)

Las primeras modificaciones a la iglesia por orden del párroco y veedor Fr. Melchor Rojas fue la de levantar siete pies los muros, luego el albañil Pedro Inga procedió con las demás modificaciones de la capilla mayor aplicando mezclas de cal a sus cimientos. Como costumbre del siglo XVI, la iglesia vendía sepulcros a los ciudadanos por un precio de 25 o 30 pesos o también se podía poseer uno de estos sepulcros a través de servicios prestados a la iglesia y fue gracias a estas acciones que luego se pudo conocer la disposición y medidas de la construcción de esa época. Solo los sectores pudientes de la sociedad cuencana tenían acceso a estas sepulturas, se podía observar su rango de importancia según el lugar de sepultura, siendo la zona más popular el ayacorral , cuyo significado era cercado de muertos.

Ingresos de la fábrica de la Iglesia Madre

El "Primer libro de fábrica de la iglesia Matriz del Sagrario"

La iglesia recibía ingresos por limosnas y derechos de entierro ya sea en los ayacorrales o en las diferentes naves de la iglesia, estos ingresos eran bastante buenos al punto que solo las limosnas de los días lunes iban a un fondo para la construcción de la iglesia Mayor, todos estos valores eran considerables tomando en cuenta que del año de 1738 a 1746 hubo 1,008 personas que fueron enterradas dentro de la iglesia, recaudándose así 5,327 pesos y 7 reales según los registros hechos por la iglesia en el libro “Primer libro de fábrica de la iglesia Matriz del Sagrario”.

En cuanto al cuidado y administración de los bienes de la iglesia, era un observador llamado de fábrica quien estaba a cargo y tener este nombramiento era un honor, ya que exigía mucha ética y responsabilidad, como lo demostró Juan de San Juan de Bermeo en sus 20 años de servicio, sin embargo, hubo otros que se aprovecharon de lucrar para sí mismos, como fue el caso del obispo Juan Gómez de Frías de Quito en 1727.

Capilla del Santísimo

Altar dedicado a San José, en el interior de una de las capillas laterales

Junto a la Iglesia Mayor se inició la construcción de una capilla adosada al oeste del edificio principal. En el siglo XVI se tiene uno de los datos más antiguos sobre la historia de un altar dedicado a San Pedro que decora este espacio. En el siglo XVII, Juan de Neira adquirió un sepulcro, que correspondería a la cripta que se encuentra bajo esta capilla.

La capilla fue concluida en 1573, bajo el patronato de la familia del primer Teniente de Gobernador, Capitán Juan de Narváez. Con el tiempo, fue adjudicada a Ruy López hasta 1649, año en que pasaría a ser conocida como Capilla de San Pedro. Para el siglo XIX, la capilla comenzaría a ser utilizada para la veneración del Santísimo Sacramento .

Monseñor Carrión y Marfil y sus aspiraciones para el futuro de la iglesia

La Piedad en la iglesia

Se empezaron a hacer reparaciones a la iglesia, una vez que estuvo terminada. Entre las primeras, se dio en el siglo XVII, cuyo objetivo ya era modificar y acondicionar la Iglesia Mayor, con el objetivo de convertirla en la Catedral de Cuenca. Es por ello que el 27 de abril de 1786, la Real Audiencia de Quito permitió estos cambios, también se aprobó con esto al año siguiente, que se otorgaran 4900 pesos de la caja real, para que se puedan terminar las partes de la iglesia, y realizar las respectivas reparaciones de la antigua iglesia matriz. Lamentablemente, el obispo electo de esa década, José Carrión, no permitió que se realizaran estas reparaciones, por lo que a su juicio, era un desperdicio del dinero otorgado por el Gobierno. En cambio, Carrión, junto con el obispo Marfil, apoyaron la idea, y ordenaron construir la Iglesia Catedral de la Ciudad de Cuenca, para así evitar gastar dinero en las reparaciones de la antigua iglesia. El objetivo era construir una nueva catedral que imitara a la Catedral de Málaga , ya que tenían sus planes de hacer estos movimientos.

Sin embargo, la Audiencia en este momento no les daría la oportunidad de hacer tan grandes cambios dentro de los planes ya expuestos, pues la realidad de los medios con que contaban los cuencanos en ese momento no eran los óptimos para costear una catedral. A pesar de que la Audiencia fue realmente específica en el sentido de no construir una nueva catedral, Carrión y Marfil se negaron por completo a seguir sus instrucciones de renovar la Iglesia Mayor, y continuaron con sus deseos de construir un nuevo templo.2 En este entonces decidieron quitarle el poder a la Iglesia de la compañía, a los jesuitas expulsados ​​su catedral provisional. La posición que tomaron los obispos no duró mucho, pues los prebendarios que se apoyaban en los sagrados decretos exigían principalmente al obispo Carrión que se respetara la orden de la Real Audiencia de Quito del año de 1785, que garantiza el uso de todas sus facultades y derechos para elegir y dar su opinión.

Renovaciones de Vicente Durango y Josef de Herze (1783-1791)

Vista de la catedral

Para esa época, la ciudad de Cuenca había prosperado económicamente de manera significativa como resultado de las actividades artesanales, agrícolas y ganaderas, por lo que en conjunto los ingresos de la iglesia también aumentaron, lo que permitió que fuera tomada en cuenta tanto religiosa como políticamente por la Real Audiencia de Quito hasta el surgimiento de una gobernación y un obispado.

Con el creciente prestigio de la ciudad vinieron también las responsabilidades de renovar la abandonada ciudad y sobre todo la iglesia, que tampoco se encontraba en buen estado estético, por lo que el gobernador José Antonio de Vallejo nombró como veedor a Josef Herze, quien además era contable de la Real Caja de Cuenca, siendo estos dos los personajes tildados de lucrarse con los bienes de la iglesia y de la búsqueda de su propia honra.

Descripción

La iglesia tiene una estructura típica de una basílica colonial, con tres naves. [1] Hay un altar central, mientras que el órgano se ubica sobre la entrada. Las paredes están decoradas en colores pastel claros. También se exhibe un conjunto de figuras talladas a tamaño natural que representan a Jesús y los apóstoles en la Última Cena . Aunque la catedral ha sufrido varias renovaciones, ha mantenido su carácter original.

En las paredes se han descubierto frescos originales que datan de finales del siglo XVI; otros murales son de principios del siglo XX. [2]

Referencias

  1. ^ abc Modelo 3D (en español)
  2. ^ abc Rough Guides , Sara Humphreys , Stephan Küffner (2016). Guía básica de Ecuador y las Islas Galápagos. Penguin . ISBN 978-0241291603.{{cite book}}: CS1 maint: varios nombres: lista de autores ( enlace )
  3. ^abc Información de Cuenca
  4. ^ ab Cárdenas, Marcelo; Cordero, Pablo (1995). Catedral de la Inmaculada Forma, Función, Tecnología y Contexto . Ecuador: Universidad Estatal de Cuenca.

Enlaces externos