Cibber escribió algunas piezas teatrales para que fueran representadas por su propia compañía en el teatro de Drury Lane y adaptó muchas más.Se veía a sí mismo como el mejor actor del momento y, a pesar de sus esfuerzos por interpretar personajes dramáticos, fue ridiculizado constantemente; consiguió finalmente el éxito interpretando papeles cómicos.Sus contemporáneos consideraban que Cibber tenía poco gusto en sus producciones teatrales y una pobre visión empresarial.A pesar del premio, los estudiosos actuales consideran que sus poemas tienen poco interés.Además, la personalidad extravertida de Cibber ofendió a muchos y la fama le llegó gracias a ser el blanco del poema satírico The Dunciad, de Alexander Pope.