Cyreschata (persa antiguo: Kuruškaθa),[1][2] más conocida por su nombre en latín Cirópolis (Griego: Κύρου πόλις, Kyroúpolis),[3] ambos significan "Ciudad de Ciro", fue una antigua ciudad fundada por Ciro II el Grande para marcar la frontera noreste de su Imperio aqueménida.
En la época del conflicto con Alejandro Magno, tenía una gran población y cultura griega.
Las instrucciones de Crátero fueron "tomar una posición cerca de la ciudad, rodearla con una zanja y una empalizada, y luego montar las máquinas de asedio que pudieran adaptarse a sus propósitos..." La idea era mantener a los habitantes concentrados en sus propias defensas y para evitar que envíen ayuda a las otras ciudades.
Alejandro llegó entonces a Cirópolis, que era la ciudad mejor fortificada y tenía la mayor población.
Arriano cita a Claudio Ptolomeo diciendo que Cirópolis se rindió desde el principio, y Arriano también afirma que, según Aristóbulo, el lugar fue asaltado y todos fueron masacrados.