Al estar recuperando el poder regularmente, Drácula, sin las fuerzas suficientes como para dirigir su ejército y hacer resurgir su castillo, aprovecha la posesión que ha hecho sobre Soleiyu.
Cuando la noticia se hace eco y Christopher despierta sin saber dónde está su hijo, no tiene más opción que tomar el arma sagrada e ir tras Drácula.
Christopher, después de un extenuante camino hasta el punto más alto del castillo, encuentra a Soleiyu esperándolo en una gran estancia.
Con la seguridad de Soleiyu asegurada, Christopher entra en la última habitación del castillo preparado para su segunda batalla contra el Conde.
Sin embargo, como bien estaba escrito en la leyenda, los Belmont eran la familia heredera del único látigo capaz de matar vampiros, así que, con el Vampire Killer en mano, Christopher entabla el duelo con Drácula, y termina derrotándolo nuevamente.