Augusto Crespin es un artista salvadoreño conocido por sus dibujos en tinta, pinturas, grabados e ilustraciones.
Crespin nació en El Salvador en julio de 1956. Estudió dibujo a tinta y pintura en la Academia de Valero Lecha de 1969 a 1973, grabado con el maestro japonés Futaba Ando en el Centro de Artes de El Salvador en 1975, y estudios superiores de grabado con los maestros japoneses Hodaka Yoshida y Futaba Ando en la Universidad de Costa Rica en 1981. [1]
Crespin ha participado en más de 100 exposiciones colectivas en Asia, Europa y América, incluyendo Alemania, Canadá, Costa Rica y Japón. También ha realizado 32 exposiciones individuales en Canadá, Alemania, Dinamarca y Costa Rica hasta El Salvador.
Crespin ejerció el cargo de director nacional de artes en el Ministerio de Cultura de El Salvador durante el año 2015. Desde entonces ha permanecido en el Ministerio de Cultura, desempeñándose como Director de la Colección Nacional de Artes Visuales de 2016 a 2018 y actualmente es director de la Sala de Exposiciones San Jacinto. [2]
Utilizando su experiencia de crecer durante la Guerra Civil salvadoreña , [3] Crespin transmite con frecuencia una crítica social en sus dibujos y pinturas a tinta. [4] Esto se traduce en representaciones de violencia y deformidades en tiempos de guerra y de belleza poética en tiempos de paz.
Crespin ya había explicado previamente el concepto al que se adhiere en la búsqueda de inspiración a través de un monólogo que dio durante una entrevista en War Zones :
“…Yo conozco estas calles, conozco esta ciudad [San Salvador], la he visto cambiar… la he visto caer por las bombas, ¿no? Entonces de esa manera he visto… La manifestación cuando murió Monseñor Romero, fue una multitud enorme en las calles de San Salvador. Y ver esa multitud y oír los disparos y ver todas esas escenas, te conmueve, te golpea, ¿no? Te das cuenta de que la pintura que tú hiciste, que yo hice, en años anteriores, no respondía al momento que se vivía. Entonces al ver todo ese dolor, toda esa desesperación, me di cuenta de que en mi pintura tenía que variar, cambiar, porque considero que los pintores tienen que estar presentes con su época. Si no, ¿qué dirá el futuro, cuando miren y vean la obra, los resultados de un autor, si no pintó su época?”