Amanita caesarea
[2][3] Su cuerpo fructífero se desarrolla entre el verano y el otoño.Muestra preferencia por los terrenos silíceos y bosques aclarados, encontrándosele principalmente bajo alcornoques, encinas, robles, castaños y, ocasionalmente, coníferas.Su carne tiene un sabor y olor muy agradables, que lo convierten en un comestible muy apreciado, pudiendo consumirse incluso cruda.Es importante distinguirla de la "falsa oronja" (Amanita muscaria),[1] de sombrero rojizo o escarlata, ligeramente cóncavo, casi hemisférico en ejemplares jóvenes y más aplanado en ejemplares maduros, la cual es tóxica y posee propiedades psicoactivas.La característica inconfudible entre ambas es que tanto el pie como las láminas de la caesarea son de color crema intenso mientras que en la muscaria siempre son blancos.